Ucrania, un alto el fuego lejano frente a las crecientes necesidades de los niños

Niños juegan con material distribuido por UNICEF en Donetsk
Foto: FILIPPOV/UNICEF
   
Actualizado: jueves, 26 febrero 2015 9:19

MADRID, 26 Feb. (Por Radoslaw Rzehak, coordinador de emergencias de UNICEF Ucrania) -

   Escribí este blog mientras estaba en Donetsk, la ciudad del este de Ucrania que hace solo dos años albergó la Eurocopa de Fútbol. Ahora, las necesidades humanitarias de los niños y familias aquí son reales, intensas y en aumento. Entre los 1,7 millones de niños estimados que se han visto afectados por la crisis en Ucrania, los que viven dentro de las zonas de enfrentamiento activo, como Donetsk, son particularmente vulnerables ya que el acceso humanitario es muy limitado.

   En esta misión, UNICEF llevó más de 27 toneladas de suministros de higiene esenciales, kits de educación, y agua potable en el marco de un convoy conjunto de la ONU liderado por nosotros. Acceder a los niños afectados no fue fácil, ya que los suministros civiles, especialmente aquellos para niños, no son obviamente una prioridad para el personal militar en los puestos de control.

   Debido a los retos en el acceso y a los todavía limitados recursos de UNICEF, hemos repartido menos de lo que se necesita. Así, tuvimos que decidir cómo se priorizarían los suministros. Seguimos el mandato de equidad y nos aseguramos de que primero acudiéramos a los niños con discapacidades, huérfanos, niños afectados por VIH, y niños vulnerables que viven en condiciones inhumanas en refugios subterráneos. La vida para estos niños era dura en Ucrania incluso antes del conflicto pero ahora están expuesto a todavía mayores privaciones.

UNICEF Ucrania

Foto: Volpi/UNICEF

   He estado trabajando en respuesta de emergencia desde hace muchos años y sé que nunca hay la ayuda suficiente disponible respecto a las necesidades. Sin embargo, cuando una madre de un niño de 2 años me abraza en un húmedo y oscuro refugio antibombas para agradecerme los kits de higiene y el agua que repartimos, siento una gran frustración de que esto les esté ocurriendo y de que estemos tan limitados en lo que podemos hacer. La gente me daba las gracias incluso aunque yo esperaba que estuvieran enfadados con nosotros por llegar tan tarde y con tan poco.

UNICEF Ucrania

Foto: Volpi/UNICEF

   En la prisión de Donetsk, conocí a niños y niñas, algunos de los cuales llevan allí más de un año y no han podido ver a sus familiares. Una niña de 16 años que estaba compartiendo una celda con cuatro reclusas preguntó cuándo podría volver a casa.

   El director de un orfanato para bebés diagnosticados con VIH o bebés nacidos de madres seropositivas que no han sido diagnosticados aún, me preguntó cuándo recibirían los niños la comida adecuada y las pruebas de VIH. Una madre me preguntó en el centro comunitario para niños con discapacidades cuándo recibirá su hijo la tan necesaria insulina.

UNICEF Ucrania

Foto: Filippo/UNICEF

   "Allá lejos en Minsk los políticos han acordado un alto el fuego, pero debe ser muy lejos porque en Donetsk nadie lo sigue", me dijo un joven en otro refugio para bombas.

   Y de hecho, durante todos los días que pasamos en el este de Ucrania hubo bombardeos constantes. Y quien quiera y donde quiera que pregunté qué más necesitaban que repartiéramos, su respuesta era la misma: "queremos paz, y entonces nos las arreglaremos por nuestra cuenta, así que ¿puedes parar la guerra?".

   Hace dos días, abandonamos Donetsk pero volveremos porque los niños nos necesitan.

   (Este artículo fue redactado por Radoslaw Rzehak el 24 de febrero)

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