BRUSELAS, 1 Ene. (EUROPA PRESS) -
Tras haber vivido el año pasado una de las peores crisis de su historia, la Unión Europea buscará en 2006 recuperar el rumbo y resucitar el Tratado Constitucional. La presidencia austriaca tendrá que negociar con la Eurocámara el presupuesto comunitario para el periodo 2007-2013 y centrará también sus prioridades en las reformas económicas para impulsar el crecimiento y el empleo.
El año nuevo empieza en las instituciones comunitarias con un sentimiento de alivio e incluso de cierto optimismo tras el acuerdo de mínimos sobre las perspectivas financieras, que evita un agravamiento de la crisis y supone una tregua en el enfrentamiento entre Reino Unido y Francia a cuenta de la eliminación del 'cheque británico' y de la política agrícola común.
Otra razón para el optimismo es la irrupción en la escena europea de la canciller alemana, Angela Merkel, que aparece como más europeísta que su antecesor, Gerhard Schroeder, y que en su primera intervención en la cumbre de diciembre fue la auténtica hacedora del presupuesto de la UE.
Austria asume la presidencia durante la primera mitad del año, seis años después de sufrir la condena generalizada de sus socios europeos por el pacto en el año 2000 entre el actual canciller, Wolfgang Schuessel, y el partido de extrema derecha de Joerg Haider. Aunque la crisis se resolvió pronto y el partido de Haider ha perdido buena parte de su influencia por divisiones internas, la polémica consolidó la cautela de los austriacos frente a la UE. Según el último Eurobarómetro, sólo el 35% de los ciudadanos de Austria considera que su pertenencia a la UE les ha aportado beneficios.
La prioridad para Viena durante su presidencia será alcanzar antes con la Eurocámara antes de marzo un acuerdo definitivo sobre el presupuesto, ya que éste requiere el respaldo de las tres instituciones (Consejo, Comisión y Parlamento). La negociación se prevé dura porque los eurodiputados exigen aumentos sobre el techo del 1,045% del PIB pactado por los Veinticinco, especialmente para las políticas de educación, cultura o justicia e interior, pese a que el primer ministro británico, Tony Blair, ha señalado que el margen de negociación es "muy, muy limitado". En las anteriores perspectivas 2000-2006 la Eurocámara consiguió arrancar a los Veinticinco unos 1.500 millones de euros adicionales.
Por lo que se refiere a la Constitución Europea, a Austria le corresponde extraer las conclusiones del proceso de reflexión lanzado por los Veinticinco en junio de 2005 tras el triunfo del 'no' en el referéndum de Francia y Países Bajos, y establecer una hoja de ruta sobre los pasos a seguir. A ello se dedicará la cumbre de junio. Además, se ha convocado una conferencia en Salzburgo los días 26 y 28 de enero titulada 'El sonido de Europa' para reflexionar sobre estas y otras cuestiones, como las fronteras de la UE o la posibilidad de crear un impuesto europeo que acabe con las disputas presupuestarias.
La ministra de Asuntos Exteriores austriaca, Ursula Plassnik, señaló que su país buscará una "coreografía" para relanzar el proceso de ratificación, aunque reconoció que se trata de un tema "difícil". "No hay soluciones rápidas ni respuestas instantáneas", dijo. Hasta ahora, 13 países han ratificado el Tratado Constitucional, y dos de ellos (España y Luxemburgo), lo han hecho a través de referéndum. El texto sólo puede entrar en vigor si lo aprueban los Veinticinco, por lo que todos los expertos dudan que puedan encontrarse soluciones antes de las próximas elecciones en Francia y Países Bajos, al menos en 2007.
Al margen de los presupuestos y la Carta Magna, Viena quiere concentrar su presidencia en las reformas económicas para impulsar el crecimiento y el empleo, una prioridad que comparte con Finlandia, que asumirá la dirección de la UE durante el segundo semestre del año. No obstante, Austria se opone, junto con Francia y otros países, a la directiva de servicios, que otros Estados miembros reformistas, como Reino Unido, defienden como fundamental en la estrategia reformista. El canciller Schuessel cree que esta norma conduce al 'dumping' social y salarial.
En agricultura, durante 2006 se debatirán dos reformas fundamentales para el campo español: la del sector de frutas y hortalizas, y la del vino. En el primero de los casos, la ministra Elena Espinosa ya ha enviado una carta a la Comisión firmada con otros 6 colegas en la que reclama que se cree un fondo para hacer frente a las frecuentes crisis que vive el sector. Austria, que se opone ferozmente a los organismos genéticamente modificados, quiere lanzar también un debate para revisar en profundidad la política de la UE en la materia.
Durante 2006 se adoptará la decisión final sobre si Rumanía y Bulgaria pueden entrar en la UE el 1 de enero de 2007 o si, por el contrario, su adhesión se retrasa un año por los problemas a la hora de respetar los criterios exigidos por los socios comunitarios. Asimismio, se abrirán los primeros capítulos de negociación con Turquía y Croacia. Viena ha destacado por último que dará especial importancia a la consolidación de los lazos de la UE con los Balcanes y, en particular, seguirá de cerca las decisiones de la ONU sobre el futuro de Kosovo.
En mayo se celebrará en Viena la cumbre UE-América Latina, que se centrará en cuestiones políticas y sociales multilaterales y abordará también tema de desarrollo y cooperación entre las dos regiones. Tanto Austria como Finlandia han anunciado que harán todos los esfuerzos necesarios para hacer avanzar y posiblemente concluir las negociaciones para un acuerdo de asociación y comercial entre la UE y Mercosur. Asimismo, los Veinticinco decidirán si abren negociaciones con la Comunidad Andina y con los países de Centroamérica para firmar sendos acuerdos de asociación.
