LUXEMBURGO, 19 Jun. (EUROPA PRESS) -
La ministra de Agricultura y Pesca, Elena Espinosa, reclamó hoy que antes de decidir establecer en la UE normas más rígidas para garantizar el bienestar de los animales se haga un ejercicio de "rigor científico" con análisis sobre el impacto socioeconómico que pueden acarrear para el sector, durante su intervención en el debate del Consejo sobre la propuesta de la Comisión Europea para establecer un plan de acción comunitario 2006-2010.
La propuesta apela a hacer más estrictas las normas mínimas relativas al bienestar animal, donde la Comisión ya reconoce la necesidad de que este endurecimiento se produzca en consonancia con las nuevas pruebas científicas y evaluaciones socioeconómicas.
Bruselas propone también garantizar medidas coercitivas eficaces para asegurar su cumplimiento y plantea la posibilidad de hacer una clasificación jerárquica, desde las mínimas a las más estrictas, con las normas de bienestar que tienen que aplicarse en las explotaciones e implicar al personal al cuidado de los animales en una participación mayor en las actuales normas, que deberán conocer mejor y contribuir a su mejora.
Espinosa señaló tres prioridades que debe tener en cuenta toda normativa comunitaria antes de aplicarse: "un sólido análisis científico", "un profundo análisis del impacto antes de decidir" y "coherencia con el resto de políticas de la UE".
Aseguró también que "la sociedad desconoce los esfuerzos de los productores" y recurrió a la estadística para comparar la opinión del público con respecto a la exigencia o no de legislación comunitaria. Para ello citó el Eurobarómetro y apuntó que "el 66% de los encuestados juzgó positivo (garantizar) el bienestar de las vacas lecheras", para las que no existen normas a nivel de la UE, "mientras que sólo el 32% opinó lo mismo para las gallinas", para las que sí hay.
La ministra argumentó que también hay que trabajar es en el ámbito de la "comunicación", al considerar que "la mayoría de los ciudadanos no tiene en cuenta el bienestar animal para comprar".
De la misma manera que hicieron ministros de otros Estados miembros, la titular española de Agricultura constató que la existencia de un mercado globalizado también por lo que respecta a la venta de animales y productos derivados cualquier normativa en este sentido tiene que tener vinculaciones internacionales, "especialmente en la Organización Mundial del Comercio (OMC)".
DENSIDAD DE LOS CORRALES
Posteriormente, los ministros analizaron una propuesta similar para un reglamento sobre disposiciones mínimas para la protección de pollos destinados a la producción de carne, para lo que Bruselas propone, entre otras medidas, reducir a 30 kilogramos por metro cuadrado la densidad de población de los pollos en los corrales o de 38 cuando se den condiciones específicas, como de ventilación, calefacción y refrigeración de las instalaciones.
Fuentes diplomáticas indicaron que Espinosa explicó al resto de sus homólogos que en España ya se cumple el objetivo de 38 kilos de pollo por metro cuadrado y que el Gobierno está dispuesto a reducir la densidad a 30 kilos, pero reclamó que se verifique en qué puede afectar esta medida.
En el debate hubo elementos en común, como la preocupación que mostraron los ministros por el bienestar animal y los comentarios relativos a que las medidas que eventualmente contemple el plan de acción deberían tener un reflejo en los socios comerciales de la UE. También hubo acuerdo en la propuesta de la Comisión para crear un etiquetado específico con el que el consumidor pueda identificar un producto que ha sido tratado en virtud de las disposiciones del plan de acción.
DEBATE
Sin embargo, se evidenciaron distintas posturas, particularmente entre los países que más apostaron por normas más restrictivas admitiendo los costes más elevados que esto acarrearía que, según algunos, los ciudadanos no tendrían ningún reparo en asumir, y otros países que, como España, demandaron más análisis y opinaron que no debe perjudicarse a los productores ni a los consumidores.
En su intervención, la ministra española también pidió "coherencia con algún país que ha apoyado a Japón" en la Comisión Ballenera Internacional para levantar la veda para la caza comercial de estos cetáceos "y a lo mejor demanda ahora el incremento de las normas" para proteger a otras especies de animales.
Suecia fue uno de los países que pidió medidas más restrictivas y que la propuesta de la Comisión exigiera "un compromiso más directo de los Estados miembros" y admitió que "a veces estas medidas va a un incremento de los costes", pero "quizá los consumidores quieren pagar más si saben que los animales van a recibir un buen trato". "El consumidor puede aceptar unos costes más elevados si es por mejoras", agregó la delegación sueca.
Dinamarca se opuso al argumento de que "si se fortalecen las condiciones del sector quizá no pueda competir", puesto que "el bienestar animal forma parte de la solución" de la competitividad europea. La República Checa apostó por que los Estados miembros que quieran "requisitos más estrictos en la materia lo puedan hacer a nivel nacional" y se mostró de acuerdo con "la posibilidad de que el consumidor pague más caro".
Por su parte, Reino Unido, Finlandia o Suecia aprovecharon el debate para reclamar la prohibición de importar a la UE pieles de foca, gato y perro, la mejora de las "prácticas de apareamiento" y de las condiciones en los que se transporta a los animales.
Por otra parte, Italia, Polonia o Bélgica se situaron más cercanos a la postura española. La delegación italiana pidió una "evaluación del coste-beneficio y del impacto de las normas en el mercado comunitario" y que unas normas más estrictas no supongan "penalizaciones insoportables en el sector nacional". Bélgica reclamó, por su parte, "un equilibrio entre economía y bienestar animal" y "más investigación científica".
Polonia dudó que unas normas "tan estrictas" sirvan para ayudar "a la industria, a los ganaderos y a los consumidores". "Hay que tener en cuenta los intereses de todo el mundo", agregó el ministro polaco, que indicó que "sólo los países ricos comprarán estos productos", antes de recordar que en su país "mucha gente" vive por debajo del umbral de la pobreza.