BRUSELAS, 18 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea expresaron ayer su "grave preocupación" por la situación en Oriente Próximo --en particular por el empeoramiento de la situación humanitaria y la destrucción de infraestructuras civiles-- y reclamaron a Israel y a la milicia Hezbolá la suspensión de las hostilidades, siguiendo la estela de la declaración aprobada el fin de semana por el G8.
Los Veinticinco apoyaron además los esfuerzos de Naciones Unidas y la implicación de su Consejo de Seguridad para resolver la crisis, "incluyendo el estudio de la posibilidad de una presencia internacional de observación" en el sur de Líbano, según reza la declaración aprobada por los jefes de la Diplomacia europea.
El jefe de la Diplomacia finlandesa y presidente de turno del Consejo, Erkki Tuomioja, dijo que es a la ONU a quien le corresponde tomar la decisión sobre una posible fuerza de paz, que de momento "sólo es una idea", aunque recalcó que "los Estados de la UE están dispuestos a participar si se dan las condiciones".
España apoyaría un eventual despliegue en la zona si tiene el aval de Naciones Unidas, según el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos. No obstante, la posibilidad de enviar una fuerza de interposición es bastante remota a la vista del rechazo expresado ya a esta iniciativa por el Estado hebreo.
La declaración suscrita por los Veinticinco tras una "discusión difícil", en palabras de Moratinos, reclama la "inmediata e incondicional liberación" de los dos soldados israelíes secuestrados por Hezbolá y el cese de los ataques sobre ciudades israelíes.
Aunque la UE "reconoce el derecho legítimo de Israel a la autodefensa", le pide al mismo tiempo "moderación" y que no recurra a "acciones desproporcionadas". "Todas las partes deben hacer todo lo posible para proteger a las poblaciones civiles y abstenerse de acciones que violen la ley humanitaria internacional", añade.
En esta tesis abundó el ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, quien resaltó que los medios usados por Israel son "desproporcionados". "La inquietud de la Unión Europea crece cada día ante el agravamiento de los acontecimientos, el aumento de las víctimas y la destrucción generalizada de las infraestructuras", agregó.
Asimismo, pide a todas las partes que garanticen la seguridad de todos los ciudadanos comunitarios que desean salir de Líbano y a Israel que no dificulte la navegación en aguas internacionales.
Sobre la protección de los europeos, Tuomioja explicó que ha habido una coordinación consular a través de la presidencia de turno para evacuar a quienes deseen salir de Líbano, y recordó que miles de ciudadanos europeos "están en peligro" y que es cuestión de tiempo que se conviertan en víctimas, como ha ocurrido con los ocho canadienses que han fallecido.
Por ello, dijo estar en contacto con las autoridades israelíes para que los barcos que recojan europeos lo hagan sin ser atacados, a la vista de que por carretera es muy peligroso si no se produce un alto el fuego. El ministro español de Exteriores, al respecto, mencionó que el plan de evacuación puesto en marcha por el Gobierno se está desarrollando "puntualmente".
Los Veinticinco recalcan además la necesidad de que el Estado libanés recupere la soberanía de todo su territorio nacional y haga todo lo posible para prevenir ataques. Apoyan al primer ministro Fuad Siniora y piden la aplicación de las resoluciones de la ONU 1559 y 1680, incluyendo el desarme de todas las milicias libanesas y no libanesas y el respeto de la soberanía, unidad, integridad territorial e independencia política del Líbano.
Fue el alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior y de Seguridad Común, Javier Solana, que llegó ayer mismo de una misión diplomática en Beirut, quien con más énfasis reclamó el apoyo para el Ejecutivo de Siniora. "No queremos que nadie debilite su trabajo y sus responsabilidades. Es un buen hombre, una buena persona a la que apoyamos", dijo.
REVISAR LA 'HOJA DE RUTA'
Entre las propuestas surgidas en la reunión de ayer figura la del ministro español de Exteriores y antiguo enviado de la UE para la región de Oriente Próximo, Miguel Angel Moratinos, que planteó revisar la llamada 'Hoja de Ruta', el plan de paz diseñado en buena parte por él mismo en mayo de 2003, a la vista de que no se aplica y mientras tanto se asiste a "muertes, violencia, destrucción y falta de esperanza".
A su juicio, ha llegado el momento de poner sobre la mesa los instrumentos diplomáticos actuales y ver cuáles son válidos, y cuáles conviene revisar, adaptar y actualizar. Como ejemplo de ello puso el propio calendario de la 'Hoja de Ruta', que estipula que en 2005 habría dos Estados, párrafo que, en opinión del ministro, no se puede seguir apoyando sin una adecuada actualización.
"No nos quedemos encorsetados por documentos, por instrumentos, por marcos jurídicos ante la tremenda realidad de drama y sufrimiento que se está viviendo en Oriente Próximo", insistió después de subrayar que España aportará ideas e iniciativas para alimentar este debate necesario.
El titular de Exteriores justificó esta revisión de la estrategia europea porque en su opinión la región vive un "importante punto de inflexión" y no una mera "escaramuza" por la "radicalización" de las posiciones de los actores políticos. Igualmente alarmada se mostró la comisaria de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, para quien vivimos uno de los momentos "más peligrosos" de los últimos años.
Moratinos también defendió hacer un llamamiento para la formación de un nuevo Gobierno palestino donde esté mejor representada la "voluntad de paz" del pueblo palestino, porque la UE quiere tener un Gobierno con el que se pueda negociar y mantener una interlocución que facilite sus actuaciones en la zona.
Desde el triunfo de Hamás en las elecciones del pasado enero de 2006, la UE ha pedido, sin éxito, a la formación radical renunciar al uso de la violencia y reconocer al Estado de Israel para mantener la actual relación política y el trasvase de las ayudas a los palestinos.
SITUACIÓN EN GAZA
La situación en Gaza merece un apartado especial del texto pactado por los ministros, en el que "deploran la pérdida de vidas de civiles", piden la liberación del soldado israelí secuestrado y reclaman a las autoridades palestinas que acaben con la violencia y las actividades terroristas, incluyendo el lanzamiento de cohetes a territorio israelí.
"La UE pide a Israel que participe en la reconstrucción de la infraestructura civil destruida. Los ataques aéreos israelíes en la única planta eléctrica de Gaza han tenido un gran impacto en hospitales, fabricas de producción de alimentos, agua y sistemas de saneamiento", señala el documento, que exige la apertura de los puestos fronterizos de Rafá y Karni.
Los Veinticinco expresan además su "preocupación" sobre la detención de miembros electos del Gobierno palestino y del Parlamento y piden su liberación. Asimismo, elogian los esfuerzos del presidente palestino, Mahmud Abbas, para fomentar el diálogo entre las distintas facciones y crear "el mayor consenso posible" en apoyo de los objetivos de la 'Hoja de Ruta'.
Finalmente, la declaración destaca la puesta en marcha del mecanismo internacional de ayuda a los palestinos y pide a Israel que desbloquee los ingresos de impuestos y aduanas palestinos que mantiene retenidos.
