BRUSELAS 22 Nov. (EUROPA PRESS) -
El actual ministro de Agricultura y Pesca de Francia y antiguo miembro de la Comisión Europea, Michel Barnier, admitió hoy las dificultades que plantean algunos países de la UE para dar su acuerdo a la creación de una fuerza europea de protección civil, de la que él fue promotor como medio para luchar de manera más coordinada contra grandes catástrofes tanto dentro como fuera del territorio comunitario.
Barnier y el comisario de Medio Ambiente, Stavros Dimas, subrayaron este jueves en rueda de prensa la importancia de un mecanismo que contaría con una célula permanente en Bruselas y con equipos especializados en distintos ámbitos en los países de la UE. Ambos participaron este día en el segundo Foro de la UE sobre Protección Civil.
Barnier recordó que en mayo de 2006 presentó un informe en el que enumeraba siete categorías de "grandes catástrofes a las que no puede hacer frente ningún Estado miembro por sí mismo" y ante las que sería necesario agilizar la coordinación a nivel de la UE. Éstas son: un tsunami, un terremoto, grandes incendios, grandes catástrofes industriales nucleares, riesgos de atentado terrorista, grandes pandemias y catástrofes marítimas.
"En cada una de estas categorías los efectos superarían a los medios propios de protección civil de un país y hay un valor añadido de la UE", dijo Barnier, que apostó por una fuerza europea con un "centro" en Bruselas y "unidades nacionales o regionales que podrían agregarse si es necesario".
En su informe indicó que esta respuesta coordinada de la UE debería estar lista "en cinco años". Sin embargo, más de un año después de la presentación de este documento, Barnier afirmó que "se requiere voluntad política" que, dijo, existe por parte de la Comisión Europea o de países como Francia. "Otros Estados miembros se hacen preguntas, hay otros que dicen que va a costar dinero y otros que temen todo lo que viene de Bruselas", enumeró.
El ministro francés insistió en que, en cualquier caso, el sistema comunitario de protección civil debería ser una realidad cinco años a partir de que la UE empiece a trabajar sobre él y esperó que "los Veintisiete entiendan que es de su interés financiero, de seguridad y político".
Si no es el caso, señaló que el Tratado de Lisboa permite la cooperación reforzada en algunos ámbitos, de manera que podrían embarcarse en esta empresa los países interesados. Sin embargo, advirtió que "si en este caso no todos los Estados miembros van juntos, todos lo necesitarán" porque, afirmó, "no hay ningún país en la UE" que esté totalmente fuera del alcance de una gran catástrofe.
Dimas, por su parte, estimó que los incendios forestales que este país arrasaron simultáneamente a varios países del noreste de Europa es un ejemplo de la importancia que tiene una asistencia a nivel comunitario, con capacidades especializadas.
De momento, el comisario coincidió con Barnier en que "necesitamos más dinero, más personal, mejor coordinación y más equipamiento".