BRUSELAS 20 Jun. (EUROPA PRESS) -
El canciller austriaco y presidente de turno de la Unión Europea, Wolfgang Schuessel, admitió hoy que habrá que incluir "nuevos elementos" en el Tratado constitucional sin modificar por ello el "fondo" del texto, rechazado hace un año en referéndum por Francia y Países Bajos.
"Sabemos que necesitamos incluir nuevos elementos en el texto del Tratado. El Tratado, tal y como está, no se puede votar. Hay que introducir nuevos elementos, que, no obstante, no deben modificar el fondo", dijo durante su intervención ante el Parlamento Europeo, donde explicó el resultado de la reciente cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de los Veinticinco celebrada en Bruselas.
Según el canciller austriaco, el Consejo Europeo de los pasados jueves y viernes sirvió para dar por terminada la fase de reflexión iniciada en junio de 2005 y "dilucidar" cómo enfocar el futuro de la Unión Europea. Además, se felicitó de que ningún Estado miembro haya puesto en tela de juicio el contenido de la Constitución Europea. "Eso me parece un logro crucial", subrayó.
Asimismo, recordó que los Veinticinco acordaron que Alemania, país que ejercerá la presidencia en ejercicio del Consejo durante el primer semestre de 2007, tendrá que presentar un informe sobre el estado del debate, momento en el que, según Schuesell, podría introducirse alguna novedad a través de un "anexo" o que se podría "modificar el método".
Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, reconoció que "hay problemas" pero negó que la UE se haya quedado "totalmente paralizada". A su modo de ver, el último Consejo marca el camino para salir de los problemas institucionales y confirma que se ha pasado de la "reflexión a los compromisos".
"El tema institucional no se ha quedado aletargado o dormido. No vamos a cejar en nuestro empeño", alertó Barroso quien añadió que los cambios insitucionales tienen que seguir haciéndose y que se necesita un acuerdo institucional para seguir ampliando la Unión Europea.
También resaltó que la Declaración de Berlín que se hará el 25 de marzo de 2007 coincidiendo con la conmemoración del 50 Aniversario de la firma del Tratado de Roma que dio nacimiento a la UE tiene que ser "algo más" que una conmemoración de logros anteriores. Debe ser, en opinión del jefe del Ejecutivo comunitario un "nuevo compromiso" sobre los "valores y ambiciones" de los Veinticinco de cara a una Europa ampliada y un "debate profundo sobre las prioridades de Europa".
"No podemos dormirnos en los laureles. Tenemos que ser más activos, mas creativos, debemos intensificar el diálogo con los ciudadanos y hacer una política firme que dé resultados y nos acerque a los ciudadanos", subrayó tras recordar que el Consejo ha dado "nuevos ánimos" para ver que la solución es posible. Por ello, apostó por salir del "gris" y demostrar una "nueva vía" para defender los valores europeos en un mundo globalizado.