El presidente de la UE defiende la ampliación, pero reclama tener en cuenta a la opinión pública
MEISE (BRUSELAS), 15 Jun. (EUROPA PRESS) -
El canciller de Austria y presidente de turno del Consejo Europeo, Wofgang Schüssel, se mostró hoy "optimista" con que la UE pueda encontrar una solución con respecto a la Constitución europea "en la segunda mitad de 2008", mientras que el primer ministro de Luxemburgo, Jean Claude Juncker, apuntó la necesidad de contar para ello con Francia y Alemania, y Francia --por boca del ex ministro de Exteriores Michel Barnier-- apostó por "una iniciativa institucional nueva en 2007".
Schüssel, Juncker y Barnier hicieron estas declaraciones a su llegada al castillo de Meise, cercano a Bruselas, donde este jueves tuvo lugar la reunión que los líderes del Partido Popular Europeo (PPE) celebran horas antes de que se inicie el Consejo Europeo, que en esta ocasión reunirá a los 25 jefes de Estado y de Gobierno para debatir sobre el tratado constitucional, cuyo proceso de ratificación se encuentra estancado desde el 'no' de Francia y Países Bajos hace un año.
También asistieron al encuentro la canciller alemana, Angela Merkel; el primer ministro de Países Bajos, Jan Peter Balkenende, o el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, que rechazaron hacer declaraciones a la prensa.
El presidente de turno de la UE rehusó indicar si esta tarde hará alguna propuesta a sus homólogos sobre cómo se debería proceder en el momento actual. Sin embargo, se mostró "bastante optimista" porque la situación está "mucho mejor" que hace un año. "Hay bases para el optimismo, como un presupuesto para los próximos siete años, la directiva de servicios y otros proyectos concretos", señaló.
Juncker, que no espera que haya una "verdadera discusión de sustancia" en el Consejo Europeo que empieza esta tarde, afirmó que "es difícil imaginar que pueda haber una Constitución ahora" y agregó que "deseo que los británicos estén, pero si no es así, no es así". En su opinión, con quien sí indicó que se debe contar es con Francia y Alemania. "Lo importante es que estén los franceses y los alemanes".
Por su parte, Barnier, abogó por que en 2007 haya una "iniciativa institucional nueva" que tome "el texto de la Constitución como referencia", puesto que, aseguró, "comporta muchos elementos útiles para hacer que funcione mejor la UE y para dar dimensión política a la propuesta de Relaciones Exteriores y Defensa".
Mientras tanto, lanzó un llamamiento para "hacer avanzar Europa concretamente, sobre asuntos que interesan a los ciudadanos, en materia de energía, inmigración, empleo o protección civil", cuestión sobre la que presentó un informe en la reunión del PPE y que, en su opinión, es "un ejemplo de los asuntos a los que tenemos que reaccionar mientras esperamos la iniciativa institucional".
Como ciudadano de uno de los países que dijo no a la Constitución, el ex ministro de Exteriores francés apuntó a la necesidad de que en primer lugar haya un debate sobre temas europeos en Francia y que también se produzca entre todos los socios de la UE.
"La primera urgencia es debatir primero en Francia, donde no hablamos mucho de Europa", dijo y agregó que "los países que han votado 'no' en primer lugar tienen que reabrir el debate". Apostó por un "diálogo en Francia sobre las cuestiones europeas, porque hay un problema desde que hemos votado 'no'".
AMPLIACIÓN DE LA UE
Junto a la Constitución, otro de los principales temas de la agenda del Consejo Europeo será las futuras ampliaciones de la UE y la capacidad de ésta de acoger a nuevos miembros.
A este respecto, el presidente de turno de la UE aseguró que "la ampliación ha sido una historia de éxito" de la que "todo el mundo se ha beneficiado", aunque se alineó con la tesis defendida por Francia de que "tenemos que tener en cuenta a la opinión pública" antes de dar entrada a nuevos Estados miembros, "convencer a la gente que no va en contra de sus intereses".
A la pregunta de si la UE tiene capacidad de absorción de nuevos socios, Schüssel respondió que "se necesita un calendario específico" para futuras ampliaciones, más allá de la adhesión de Rumania y Bulgaria, prevista en principio para el 1 de enero de 2007. Agregó que "cada uno será juzgado según sus propios méritos" pero deberá tenerse en cuenta "la capacidad de absorción", ya que "tienen que clarificarse algunas cuestiones, por ejemplo, quién paga".
