SALAMANCA 24 Jun. (EUROPA PRESS) -
La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Presidencia, María Teresa Fernández de la Vega, aseguró hoy que Europa debe optar por el constitucionalismo reflexivo, la democracia y la interacción cosmopolita y "consolidarse como proceso que dé respuesta a los problemas actuales de integración, inseguridad, fronteras y paz".
"Tenemos que avanzar en una política de convergencia tributaria, económica y social para preservar el modelo europeo", señaló Fernández de la Vega, tras asistir a la clausura del 'V Encuentro de Salamanca', organizado por la Fundación Sistema y Caja Duero en la capital charra.
De la Vega se refirió al mal momento que vive Europa tras la negativa de franceses y holandeses a la Constitución europea diciendo que "hay que consolidar una nueva mayoría europeísta dispuesta a abandonar el letargo que vive Europa".
En este sentido, la vicepresidenta del Gobierno español aseguró que hay que hacer política "con mayúsculas" en la que España "juega con ventajas comparativas" con una economía en mejor forma que la media, resuelto compromiso europeo de los ciudadanos y buen liderazgo.
Asimismo, Fernández de la Vega señaló que la clave del futuro económico europeo está en una "integración satisfactoria" de sectores como los de las telecomunicaciones, energía, red de transportes e infraestructuras de las telecomunicaciones, donde la "necesidad de una política energética común" cobra protagonismo.
EL IMPULSO DE LA CONSTITUCION
Este camino comienza, según la vicepresidenta, con un desembarrancamiento de la Constitución, ya que "lo esencial es el impulso político que el proyecto europeo recibiría de una Constitución".
"Los estados y la Unión tienen que dar respuesta además a una necesidad creciente y difusa de seguridad", señaló Fernández de la Vega, quien explicó que esta demanda de seguridad pasa por la defensa europea, la lucha contra el terrorismo y protección frente a catástrofes.
La representante del Gobierno central destacó que Europa "debe dar un salto de gigante hacia la consolidación de una verdadera Europa política que pasa por una reforma urgente de estructuras, instituciones y procedimientos" y aseguró que los europeos "aspiran a convertir Europa en una potencia tranquila que se imponga al resto del mundo más por sus valores que por sus ejércitos", para lo que se hace necesario un nuevo modelo organizativo y funcional que "salga de los límites que imponen los estados nacionales y de su reflejo en la envejecida estructura actual de la Unión".
"Tenemos que poner en marcha un modelo de Europa que resuelva las carencias y limitaciones del que ha funcionado durante 50 años", señaló Fernández de la Vega, quien concluyó que la Unión Europea "debe seguir siendo un actor económico de primera fila".