KAMPALA (UGANDA), 9 (EP/AP)
Las autoridades sanitarias de Uganda han dado por controlado el brote de fiebre hemorrágica de Marburg, enfermedad similar al ébola, que se declaró en una reserva forestal situada en el oeste del país y que mató el mes pasado a un joven de 29 años, según anunció hoy el ministro ugandés de Sanidad, el doctor Stephen Mallinga, quien confirmó que no se han producido más fallecimientos por la enfermedad en los 21 días que dura como máximo su periodo de incubación.
"Teoricamente, la cadena de trasmisión (del virus) se ha roto, la trasmisión se ha frenado y el brote ha sido contenido", manifestó el responsable de Sanidad de Uganda, un país que llevaba 30 años sin vivir ningún brote de fiebre hemorrágica de Marburg, una enfermedad que tiene una tasa de mortalidad que puede superar el 90% y que carece de vacunas o tratamientos para sus síntomas, entre los que destacan los dolores de cabeza, nauseas, diarreas y vómitos. En muchos casos, el sistema nervioso central es atacado por el virus y hace sangrar al paciente por ojos, oídos y otros lugares del cuerpo.
Desde que la fiebre hemorrágica de Marburg fue identificada por primera vez en 1967, se han registrado importantes brotes en países como Congo y Angola. En Uganda, las autoridades sanitarias trabajan para poner en marcha planes para proteger a los trabajadores de las minas de oro y plomo de los murciélagos, posibles causantes del brote. Los investigadores tomarán muestras de sangre para estudiar los anticuerpos del virus de Marburg antes de matar a estos animales.
Para el doctor Pierre Formenty, experto en fiebre hemorrágica de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la labor de estos investigadores "es bastante peligrosa, pero servirá para contestar muchas de las importantes dudas que en la actualidad plantea el virus de Marburg", según comentó esta semana.
Los científicos no están seguros de cómo se trasmite este virus entre humanos pero consideran que los enfermos podrían haberse infectado por el mordisco de murciélagos, insectos u otros animales infectados a su vez por estos murciélagos. Otra posibilidad es que los pacientes cojan el virus respirándolo de las heces que generan los murciélagos.