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MADRID, 23 Abr. (EUROPA PRESS) -
Las autoridades de Uganda han puesto bajo arresto domiciliario al cantante y diputado opositor ugandés Robert Kyagulanyi, más conocido como Bobi Wine, un día después de detenerle cuando se dirigía a dar un concierto prohibido por el Gobierno en Busabala.
La Policía interceptó el coche de Kyagulanyi, quien se encerró en su vehículo para intentar evitar el arresto. Finalmente, varios agentes rompieron las ventanillas y lanzaron gases lacrimógenos para forzarle a salir.
Los agentes emplearon además gases lacrimógenos y efecturaron disparos para dispersar a un grupo de seguidores de Kyagulanyi que se habían concentrado en la zona. Posteriormente, trasladaron al opositor a su casa en la localidad de Magere.
La Policía argumentó que se trataba de "medidas preventivas para mantener la ley y el orden". "Mientras siga amenazando con participar en asambleas ilegales, nuestros servicios de Inteligencia nos ayudarán y veremos qué es lo siguiente", dijo el portavoz policial, Fred Enanga.
En respuesta, Kyagulanyi anunció desde Magere una campaña para denunciar la brutalidad policial. "Quiero decir al mundo que lo siguiente es lo que la Policía no quiere escuchar", ha señalado, según ha recogido el diario local 'Daily Observer'.
"Hemos usado todas las vías legales para que la Policía deje de impedir mis espectáculos y de agredir a la oposición, pero no han sabido entender. Abogo por otro método legal, y esas son las protestas", ha subrayado, en su llamamiento a movilizarse contra el Gobierno.
En este sentido, Kyagulanyi ha resaltado que escribirá una carta y la entregará en persona a las autoridades para notificar sus planes para encabezar manifestaciones. "Pido a otros ugandeses que escriban todas las cartas que sea posible", ha apuntado.
Enanga ha puntualizado que la Policía se pronunciará una vez haya recibido la carta de Kyagulanyi. "Hay leyes que regulan las asambleas, discursos públicos y manifestaciones pacíficas. Si Bobi Wine nos escribe y cumple todos los requisitos (...) aceptaremos, porque es su derecho", ha zanjado.
IMPUTADO EN 2018 POR TRAICIÓN
Bobi Wine fue detenido en 2018 e imputado por traición, cargos que él rechaza. El opositor denunció además haber sido torturado durante su periodo en prisión y fue trasladado a Estados Unidos para recibir tratamiento médico.
El parlamentario fue arrestado en relación con el ataque con piedras contra el coche del presidente del país, Yoweri Museveni, en Arua, donde había acudido a hacer campaña en favor del candidato de su partido a un escaño vacante en el Parlamento.
El arresto del cantante, que se hizo con un escaño en el Parlamento en 2017 en buena medida gracias a sus canciones de rechazo a Museveni, provocó protestas en el país, incluida la capital, Kampala.
FALLO SOBRE LOS MANDATOS PRESIDENCIALES
Los incidentes de este lunes tuvieron lugar apenas unos días después de que el Tribunal Supremo de Uganda ratificara la validez de la enmienda constitucional para eliminar el límite de edad para ocupar la Presidencia, lo que permitiría a Museveni extender su mandato al frente del país.
El Tribunal Constitucional ya se pronunció en julio de 2018 a favor de la validez de la enmienda a la Carta Magna, a pesar de las críticas de la oposición contra lo que describen como un intento de Museveni de permanecer en el cargo.
El límite de dos mandatos de los presidentes de Uganda fue abolido en 2005 para permitirle presentarse a las elecciones. La Constitución contempla los 75 años como edad máxima para concurrir a los comicios, si bien la nueva enmienda elimina este límite, allanando el camino a una nueva candidatura de Museveni.
Museveni, de 74 años y uno de los mandatarios de África que más tiempo lleva en el cargo --desde 1986--, obtuvo un nuevo mandato de cinco años en 2016 en unas elecciones que la oposición consideró fraudulentas, extremo que él niega.
Los críticos acusan a Museveni de utilizar las fuerzas de seguridad y el poder judicial para reprimir a la oposición y aseguran que las autoridades del Gobierno no son castigadas por los casos de corrupción.
El encarcelamiento de líderes opositores forma parte de la rutina de las fuerzas de seguridad, que en muchas ocasiones han sido criticadas por su extrema dureza a la hora de reprimir las protestas y manifestaciones.