ROMA, 11 Oct. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, G. Moreno) -
Las Conferencias Episcopales de Europa advirtieron que "sin familia no hay futuro para Europa", después de llevar a cabo una evaluación profunda sobre esta realidad en su última asamblea plenaria, que tuvo lugar la semana pasada en Portugal.
Los obispos constataron que la situación de la familia en Europa describe "un escenario preocupante" y "rico en contrastes", ya que, por un lado, "los sondeos testimonian claramente que el matrimonio y la familia estable son los ideales principales de los jóvenes", mientras que por el otro, "en la práctica, disminuyen los matrimonios, tanto religiosos como civiles, y aumentan las separaciones, los divorcios, las familias monoparentales y los niños nacidos fuera del matrimonio".
Con todo, "la forma tradicional de familia está en crisis", en medio de un "ambiente caracterizado por el individualismo y la secularización", lo que hace que "muchas personas consideren hoy en día el matrimonio como un simple contrato entre dos personas".
Particularmente, los obispos subrayaron el "preocupante número de legislaciones que minan la realidad cristiana tradicional del matrimonio y de la vida familiar".
No obstante, a pesar de esta realidad, "no faltan signos de recuperación" a través del "testimonio de innumerables familias y la existencia "cada vez mayor de parejas jóvenes decididas a vivir plenamente su matrimonio y a tener hijos".
Asimismo, los prelados europeos también afrontaron el tema del ecumenismo, sobre todo a la luz de las conclusiones de la Tercera Asamblea Ecuménica Europea celebrada a principios del pasado mes de septiembre en Sibiu (Rumanía) y en la que se destacó la "responsabilidad que tiene Europa en el mundo" especialmente en la relación con las demás religiones de la tierra.
LOS MASS MEDIA PARA SUSCITAR VOCACIONES.
Por otro lado, se propusieron profundizar sobre el papel que juegan los mass-media en la creación de una "cultura vocacional" y en la motivación de nuevas vocaciones en el seno de la Iglesia, especialmente entre los jóvenes.
Asimismo, concretaron un plan para intensificar la colaboración con los obispos africanos y teniendo en cuento que "Europa no tiene futuro si no asume una responsabilidad planetaria", sobre todo, teniendo en cuenta la ingente cantidad de pueblos que viven las tragedias de "la violencia, el hambre, la injusticia, la falta de libertad o de la constricción a emigrar".
El Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa, cuyo presidente es el arzobispo de Esztergom-Budapest, el cardenal Péter Erdö, también aprobó el ingreso de dos nuevos miembros, la archidiócesis de Mónaco y la diócesis de Chisinau (Moldavia), con las que pasará a tener un total de 36 miembros.