ROMA 26 Sep. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, G. Moreno) -
El Papa Benedicto XVI reiteró hoy su llamamiento a la "solidaridad" para solucionar los problemas sociales, especialmente las diferencias "entre ricos y pobres", según declaró ante los más de 20.000 fieles que se congregaron hoy en la Plaza San Pedro para seguir la habitual audiencia general de los miércoles.
El Romano Pontífice dedicó su discurso a la figura de San Juan Crisóstomo, considerado uno de los Padres apostólicos de la Iglesia. En concreto propuso el "nuevo ideal de ciudad" del que hablaba el santo, desarrollando la idea de una "utopía social".
"Se trataba de dar un alma y un rostro cristiano a la ciudad, afrontando los principales aspectos de su vida, especialmente las relaciones entre ricos y pobres", proponiendo una "inédita solidaridad" y en contraste con la 'polis' griega, en la que amplios estratos de población "se veían excluídos de los derechos de ciudadanía", explicó.
En este sentido, Benedicto XVI recordó que "Dios ama a todos con un amor infinito" y por eso quiere la salvación de todos los hombres, sin importar que sean "esclavos" o "pobres", en contraste con las leyes de ciudadanía que regían en las sociedades en las que vivían los primeros cristianos.
Después de pronunciar estas palabras, Benedicto XVI se dirigió a los grupos de fieles en distintas lenguas. Cuando le llegó el turno a los de lengua española, saludó de modo especial a los miembros del Centro de Capacitación de Toledo presentes en la plaza así como a los sacerdotes del Pontificio Colegio Mexicano de Roma, entre otros.
El Papa retornó en helicóptero a la residencia pontificia de Castelgandolfo, donde está pasado los meses más calurosos del año y permanecerá hasta el próximo 3 de octubre.