Cantalamessa critica el consumismo navideño, pero dice que los obsequios son "imagen del gran regalo que Dios nos da: su Hijo"
ROMA, 20 Dic. (de la corresponsal de EUROPA PRESS Carmen Imbert) -
El predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa, afirmó hoy que decir que los belenes ofende a los musulmanes es "en realidad un pretexto", "es el laicismo el que no quiere estos signos".
El capuchino Cantalamessa explicó, en declaraciones a la radio del Vaticano, que en el Corán existe "una página poética preciosa sobre el nacimiento de Jesús" y que "los musulmanes son los primeros en manifestar que esta actitud hace daño a su propia causa".
la prensa italiana se ha hecho eco estos días de algunas manifestaciones sobre la idea de que los signos cristianos de la Navidad deben ser retirados porque pueden ofender a los musulmanes. "La prensa actualmente recoge también otras manifestaciones que ponen en evidencia lo ridículo de esta situación", añadió Cantalamessa.
"Hoy leía en un periódico italiano las declaraciones de un islámico que aseguraba que no es musulmán quien no cree en el nacimiento milagroso de Jesús en Nazaret y que muchos de ellos quieren un belén en casa. Es obvio que se trata de una campaña y que no parte de ellos (los musulmanes)", afirmó el Predicador Apostólico.
Cantalamessa alertó de una "menor afección hacia los símbolos religiosos que hasta ahora habían inspirado la Navidad dentro y fuera de casa" y aseguró que "se ha difundido en la sociedad un secularismo que avanza".
LA NAVIDAD PARA LOS CRISTIANOS.
Para el capuchino lo que sucede en el exterior no puede despistar al cristiano. "Vivir la Navidad significa hacer nacer de nuevo a Jesús, no sólo en los nacimientos, en los símbolos, sino hacerle espacio en el propio corazón", dijo, y apuntó que "no se trata de una idea poética ni una sugestión".
Para el cristiano, la Navidad es "el misterio en el que Jesús, por la fe nace en el corazón de quien lo acoge y cree en él", explicó y añadió que para preparase es necesario "hacer espacio", que significa "hacer silencio, de radio, móviles, tráfico, etc... y, después, sobre todo conseguir encontrarse solos delante de Dios y hacer realidad dentro de nosotros este acto de fe".
Cantalamessa criticó el consumismo de estos días: "No se puede reducir la Navidad al consumo". En este sentido, afirmó que los regalos son necesarios porque "son la imagen del gran regalo que es el que Dios nos da a su Hijo", pero instó a cambiar la cualidad de los regalos: "El valor del regalo no es su valor comercial sino el afecto y las circunstancias en las que se hace".
