ROMA, 20 Mar. (de la corresponsal de EUROPA PRESS C. Giles) -
El presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), el cardenal Camillo Ruini, pidió de cara a las próximas elecciones que se realizarán en el país que se eviten en los programas electorales de las coaliciones leyes que legalicen las parejas de hecho, así como que se defienda la vida desde su concepción.
El cardenal Ruini en su discurso en ocasión del inicio del Consejo permanente de la CEI comentó que la Iglesia italiano "no se pondrá al lado de ninguna formación política", así como invitó a los obispos "a no implicarse en la elección de uno u otro partido político" pero que "indicara a los electores y futuros elegidos los contenidos irrenunciables que tendrán que orientar su política".
Entre los contenidos irrenunciables, el presidente de la CEI pidió "el respeto de la vida humana desde su concepción hasta su muerte natural", "el apoyo a la familia legítima fundada en el matrimonio y en particular en sus deberes de generación y educación de los hijos, evitando introducir normativas que comprometerían gravemente su valor y su función y que no corresponden a efectivas exigencias sociales".
Para Ruini, "es preocupante que en algunas regiones italianas se esté discutiendo o se hayan ya aprobado normativas que pongan al mismo nivel el matrimonio y las parejas de hecho", dijo en relación a regiones como Toscana, Umbria, Apulia, Piemonte, Campania, Emilia Romagna y Las Marcas que ya realizaron o están ultimando una ley para reconocer las leyes de hecho.
Hablando de la campaña electoral de cara a las elecciones del 9 de abril, Ruini criticó los "tonos encendidos y las polémicas levantadas por los políticos", así como comentó que las "condiciones de la economía italiana son difíciles" y por ello pidió a los políticos "un empeño arduo para atenuar el desequilibrio que aflige a Italia y sobre todo al sur".
Ruini comentó "la importancia del empeño de los católicos en la vida política" para evitar "la diáspora cultural de los católicos", ya que esto provocaría que "las fuerzas políticas no se opusieran o no prestasen suficiente atención a los principios de la doctrina social de la Iglesia".
