Vaticano.- El Vaticano subraya que el diálogo interreligioso es "indispensable para la paz"

Europa Press Internacional
Actualizado: martes, 2 octubre 2007 20:20

ROMA 2 Oct. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, G. Moreno) - El secretario para las Relaciones de la Santa Sede con los Estados, el arzobispo Dominique Mamberti, aseguró que el diálogo entre los pueblos de diferentes culturas y religiones "no es una opción" sino que es "algo indispensable para la paz y para la renovación de la vida internacional".

Mamberti, que hizo estas declaraciones ayer durante su intervención en la 62 sesión de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, aprovechó la ocasión para trasladar el apoyo del Vaticano al Diálogo de Alto Nivel sobre la Comprensión y Cooperación Interreligiosa e Intercultural para la Paz que pretenden impulsar las Naciones Unidas.

Según el representante vaticano, "el olvido o la aceptación parcial o selectiva" del principio del respeto de la dignidad humana "es el origen de los conflictos, de la degradación del medio ambiente y de las injusticias sociales y económicas".

En concreto, consideró la necesidad de mantener "un compromiso renovado por parte de todos los Estados miembros en la pacificación y reconstrucción de Irak, que sigue sufriendo tanto", así como en la "búsqueda de una solución, por medio del diálogo, del conflicto entre israelíes y palestinos".

En cuanto a Darfur, manifestó que el Vaticano "espera con impaciencia el día en el que los esfuerzos por mantener la paz sean plenamente activos", mientras que sobre Birmania, renovó el llamamiento al "diálogo, la buena voluntad y un espíritu de humanidad" que el Papa Benedicto XVI hizo este domingo.

Mamberti también hizo alusión al 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que se celebrará en 2008 destacando que "la parte más importante de nuestro trabajo en este contexto consiste en asegurar que el derecho a la vida sea respetado en todas partes".

"Tenemos que hacer lo posible para frenar y cambiar la cultura de la muerte, aceptada por algunas estructuras sociales y jurídicas, que tratan de hacer admisible la supresión de la vida como si fuera un servicio médico o social. En este sentido, la abolición de la pena de muerte debería ser considerada una consecuencia del pleno respeto del derecho a la vida", concluyó.

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