MADRID, 12 Feb. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Exteriores de Irán, Mohamad Yavad Zarif, ha recalcado este martes que las "presiones" no han hecho cambiar de política al Gobierno del país y ha reclamado que se ponga fin a las mismas.
"Irán no responde a las presiones. Respondemos a la dignidad y al respeto, a la igualdad de oportunidades", ha dicho, durante un encuentro con representantes extranjeros en la capital, Teherán, según ha informado la agencia iraní de noticias IRNA.
"Digan a sus países que no pueden separar a los iraníes de su Gobierno a través de presiones", ha manifestado, antes de hacer referencia a las manifestaciones del lunes en conmemoración del 40 aniversario de la Revolución Islámica.
Así, ha manifestado que "el pueblo iraní es el pilar de la autoridades del Gobierno" y ha agregado que "preservar sus derechos no es sólo un asunto ético, sino una exigencia de seguridad nacional". "No dependemos de nada más", ha puntualizado.
Horas antes, Zarif respondió a las últimas críticas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra Teherán y le pidió que "volviera a pensar sobre la fracasada política estadounidense" hacia el país.
Trump publicó un mensaje en la red social Twitter junto al 'hashtag' #40YearsofFailure (40 años de fracaso) y destacño que "el dolorido pueblo de Irán merece un futuro mucho más brillante".
En respuesta, Zarif ha señalado que son "40 años de fracaso a la hora de aceptar que los iraníes no volverá a la sumisión y ajustar la política estadounidense a la realidad". "40 años de fracaso intentando desestabilizar Irán a través de la sangre y el dinero", ha zanjado.
Trump anunció en mayo de 2018 la retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear, por virtud del cual Irán se compromete a frenar el desarrollo militar de su programa atómico a cambio de la retirada progresiva de las sanciones internacionales.
Los demás firmantes --Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y China-- han expresado su deseo de mantener vivo el acuerdo nuclear y la Unión Europea ha adoptado medidas concretas para conseguirlo, pese a lo cual Teherán es escéptico.
