Unas 300 personas con discapacidad procedentes de toda la Isla pasan una mañana en la playa de Puerto Rico

Europa Press Islas Canarias
Actualizado: miércoles, 21 junio 2006 14:00

SAN BARTOLOMÉ DE TIRAJANA, 21 Jun. (EUROPA PRESS) -

Los usuarios de los centros ocupacionales de Gran Canaria disfrutaron ayer de una jornada de convivencia en plena playa de Puerto Rico, un encuentro organizado para fomentar la integración social de las personas discapacitadas que es la primera vez que se celebra en la orilla del mar.

De hecho, fueron las actividades acuáticas las que más expectación causaron entre los asistentes, aunque también se organizaron partidillos en la arena seca, demostraciones de aeróbic y diferentes juegos con pelotas de playa, raquetas y balones gigantes.

Un buen manguerazo sirvió para refrescar a los que no se atrevieron a darse un chapuzón, que también contaron con una zona acotada de sombrillas para protegerse del sol, aparte de talleres complementarios de dibujo, maquillaje y material deportivo, actividades que estaban orientadas para los usuarios de sillas de ruedas.

Así, más de un cuarto de playa quedó reservada durante toda la mañana para el ocio de casi 300 personas, las cuales sufren alguna discapacidad física o psíquica y proceden de 18 centros ocupacionales diferentes, que se encuentran repartidos por municipios como el de Arucas, Valsequillo, La Aldea o el propio Mogán, entre otros, cuyo Ayuntamiento se encargó de la organización del encuentro en colaboración con el Cabildo y los monitores de esos centros (Compsi).

Precisamente fueron los moganeros quienes mayor partido le sacaron a los juegos programados en el mar, entre los que destacaron los paseos en botes de vela, motos y patines de agua, canoas y tablas de windsurfing. Ése fue el caso de Carla González, una vecina de Arguineguín que se pasó en remojo las cuatro horas que duró la convivencia, al grito de "hay que disfrutar de la playa". Y tan claro como ella lo tenía Ivo, otro consumado nadador que no abandonó el agua en ningún momento, también residente en la localidad sueña.

De esta manera se cumple el objetivo de normalizar la vida de estas personas, al menos por un día, puesto que la mayoría de ellos no tienen la posibilidad de pasar una mañana en la playa en compañía de otros compañeros, una facultad en el obrar que es fundamental para lograr la integración en la sociedad de los discapacitados, según apunta Airán Guedes, uno de los monitores.

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