La adjudicación de la cafetería del Faro de Maspalomas dependerá de lo que opine la Autoridad Portuaria

Europa Press Islas Canarias
Actualizado: lunes, 11 septiembre 2006 18:00

SAN BARTOLOMÉ DE TIRAJANA, 11 Sep. (EUROPA PRESS) -

La adjudicación de la cafetería proyectada en el Faro de Maspalomas dependerá de lo que decida al respecto la Autoridad Portuaria de Las Palmas, organismo que concedió la gestión del monumento al Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana para que pusiera en funcionamiento un museo con el complemento de un bar o cafetería.

Según la alcaldesa, Concepción Narváez, la mesa de contratación municipal ha decido solicitar la opinión del ente portuario para "evitar problemas" después de que se produzca la adjudicación, procedimiento al que se han presentado diferentes empresas y cuyas ofertas ya han sido valoradas por los técnicos de la Corporación.

La regidora ha aclarado que se trata de informes favorables, por lo que la propuesta de los técnicos será remitida en los próximos días a la Autoridad Portuaria para que se pronuncie, aunque la propia Narváez confía en que no surjan dificultades y el proyecto se materialice. "He apostado por esa concesión y considero que no deben existir problemas", confesó.

Y para sostener esa percepción aludió al compromiso que adquirió el Consistorio al ganar el concurso, que abarca tanto la creación del museo como la puesta en marcha de la cafetería, e incluso apuntó que se han organizado en el Faro diferentes actos culturales y empresariales sin que hasta el momento se hayan puesto reparos.

En cualquier caso, Narváez reconoce que habría que replantearse lo que se va a hacer con el edificio si la respuesta es negativa, pues entiende que "las puertas no pueden seguir más tiempo cerradas", sin reportar ingresos a las arcas municipales y ante el riesgo de que el acuerdo sea impugnado por aquellas sociedades que no lograron la concesión.

Además, la alcaldesa precisa que el objetivo tampoco es hacer negocio a costa del Faro, al tiempo que sitúa la controversia en las dificultades financieras existentes. "No podemos asumir la apertura de un museo", confiesa. De ahí que finalmente se acepte aquella oferta que vaya más allá de una simple cafetería y aporte algún valor añadido al edificio.

Este asunto provocó a finales del año pasado tensiones importantes entre los socios de gobierno, especialmente de socialitas y nacionalistas, ya que estos últimos son partidarios de no habilitar el bar hasta que funcione el museo, una postura contraria a la que mantiene la regidora. También hubo división entre los colectivos vecinales.

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