SANTA CRUZ DE TENERIFE, 29 Ene. (EUROPA PRESS) -
El Cabildo de Tenerife tiene previsto iniciar en el próximo mes de febrero la plantación de ejemplares destinados a la recuperación del bosque termófilo en el norte de la Isla. Se trata concretamente de 30.000 sabinas y un número menor de otras especies que serán distribuidas en un terreno de propiedad insular que cuenta con una superficie de 53 hectáreas y está situado en el Parque Rural de Teno.
Para ello, en los últimos tiempos se han estado produciendo los correspondientes plantones en los viveros insulares.
Según destaca el consejero responsable del área de Medio Ambiente y Paisaje, Wladimiro Rodríguez, "esta iniciativa está destinada a restaurar zonas que antaño estuvieron cubiertas por este tipo de vegetación, que lamentablemente en Tenerife sólo queda en Afur y la Punta de Anaga. Para ello se ha realizado un estudio financiado por la Unión Europea que nos ha permitido analizar sus características y las de otras muestras en diferentes islas, como La Gomera. De esta manera se ha podido conocer la ecología de las especies y la dinámica de esta formación vegetal para llevar a cabo una recuperación efectiva".
La sabina canaria es un pequeño árbol que alcanza los 10 metros de altura y crece en la zona semiárida de transición entre el matorral costero y la laurisilva o el pinar. Sus formaciones fueron degradadas por la acción humana en siglos pasados debido a la necesidad de obtener madera y de crear suelo dedicado a la agricultura. En la actualidad existen muy pocas representaciones de estos sabinares y las principales se encuentran en El Hierro y La Gomera. En ellos también es posible situar otras especies, como el acebuche, la retama blanca o la tabaiba de flores púrpuras.
Ahora se intenta desde el Cabildo iniciar un programa de recuperación de esas formaciones, para lo que ha obtenido el apoyo del Programa LIFE Naturaleza. Asimismo, se espera obtener y, además, se contempla la divulgación de los resultados a través de vídeos y libros que contribuyan a sensibilizar a la población local y muestren cómo la restauración del bosque termófilo no sólo es posible, sino que puede favorecer el mantenimiento de las actividades tradicionales.