Los ecologistas reclaman que las directrices impongan "de verdad" un crecimiento cero

Europa Press Islas Canarias
Actualizado: miércoles, 30 agosto 2006 18:32

LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 30 Ago. (EUROPA PRESS) -

La Federación Ben Magec-Ecologistas en Acción reclama al Parlamento que vuelva a debatir las Directrices, para que se imponga "de verdad" un crecimiento cero en la Ley. Los ecologistas creen que "el Presidente de Canarias, Adán Martín, ha sido "muy tibio" en sus posicionamientos públicos sobre el tema", y reclaman que el Ejecutivo Canario "coja las riendas de la economía canaria con firmeza y le de un viraje al sector turístico canario".

El portavoz de Ben Magec-Ecologistas en Acción, Heriberto Dávila,"considera impresentable que la principal información del sector más importante para la economía canaria no la recibamos de la Consejería de Turismo, sino por ejemplo de un lobby empresarial, como Exceltur. Una muestra de este desgobierno del ejecutivo canario es que la Consejería de Turismo sólo se dedique a promocionar las islas, sin ninguna capacidad inspectora o de decirnos cuantas camas turísticas hay en Canarias realmente".

Los ecologistas aseveran que la Ley de Directrices se ha renovado automáticamente y que estamos en el cuarto año de vigencia de la norma aprobada en el Parlamento de Canarias en el año 2003, por la que se estableció la posibilidad de ampliar el número de plazas turísticas que incluyeran oferta de calidad, tales como campos de golf, puertos deportivos. Ben Magec-Ecologistas en Acción relata que dichos proyectos tenían que obtener la Declaración de Interés General del Cabildo respectivo, el Gobierno de Canarias y su aprobación en el Parlamento autonómico.

Para Ben Magec-Ecologistas en Acción, "puede afirmarse que una política que conduzca a reducir los perfiles del modelo de desarrollo canario que más impactan sobre el medio ambiente, y que favorezca la recuperación de los stocks de recursos naturales locales (hábitats, especies, paisajes,...), probablemente será una de las mejores bazas para la capitalización futura de la economía canaria, o sea del turismo, y, por ende, para garantizar que esta provea un bienestar duradero a los habitantes del Archipiélago".

Los ecologistas indican que los proyectos presentados en estos años han sido el hotel de Buenavista en Tenerife de 200 plazas y los pendientes en Gran Canaria de Anfi Tauro (3.600 camas) y Meloneras Golf. Ante esta situación, reclaman un informe desfavorable del Parlamento a los proyectos de Anfi Tauro por estar supeditados a proyectos de alto impacto ambiental en el Lugar de Interés Comunitarios y a la Reserva Mundial de La Biosfera de Gran Canaria.

Los ecologistas creen que hay que derribar camas antes de permitir y/o autorizar nuevas construcciones turísticas, que den credibilidad a la política gubernamental de ordenación del Territorio y defensa del Medio Ambiente, tras la aprobación de la II Moratoria de Viviendas Ilegales en menos de una década y el aumento de nuevas infraestructuras, tales como las planteadas en el Eje Transinsular de Transportes, por citar algunos ejemplos.

Ben Magec-Ecologistas en Acción entiende que las camas son acumulables y podrán ampliarse hasta las 14.400 camas permitidas y acumulables, que se suman a las 500.000 camas ya existentes, de las cuales un porcentaje importante son ilegales. Los ecologistas lamentan la inexistencia de un censo de camas actualizado y la paralización de los proyectos de renovación de la planta turística obsoleta por parte del Gobierno, donde sólo el año pasado destino 3 millones de euros para todas las islas.

Por último, reiteró la necesidad de replantear el modelo turístico canario ante el aumento de las incertidumbres que lo afectan como el aumento de los precios de los combustibles y de los mercados potencialmente competidores de las islas, disminución de la calidad de nuestra oferta turística, deterioro ambiental del litoral canario, incremento de la contaminación marina por la ausencia de plantas depuradoras de agua y potabilización, que garanticen unos indicadores mínimos de sostenibilidad, de los que en estos momentos se carecen.

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