SANTA CRUZ DE TENERIFE, 13 Ago. (EUROPA PRESS) -
Cuatro expertos canarios abordan la manera en que la subida del precio del petróleo afectará el futuro de las islas. Son el director territorial de La Caixa en Canarias, Andrés Orozco, el presidente de Canarias ante la Crisis Energética (Calce), Juan Jesús Bermúdez, el director de la División de Investigación y Desarrollo Tecnológico del Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), Gonzalo Piernavieja y el presidente del Consejo Económico y Social de Canarias (CES), José Luis Rivero. Sus opiniones, que difieren al punto de ser contradictorias, sugieren caminos muy diferentes de actuación. Para decidir cuál de ellos es el más adecuado, primero hay que conocerlos.
Bermúdez dio visibilidad al tema en Canarias a través de la asociación que él preside. Desde que comenzó la subida mantenida del precio del petróleo hace unos seis años, la preocupación mundial por su consumo ha crecido sin cesar. En las islas, Calce fue quien relacionó la desaparición del petróleo barato, base del crecimiento económico, con su escasez. Se trata del cenit petrolero; ya ha comenzado y más adelante también afectará al gas.
El archipiélago es sumamente dependiente del petróleo y no existen sustitutos válidos. Las fuentes alternativas sólo pueden suplirlo en una pequeña parte. Calce no propone medidas concretas; su postura es que los agentes políticos, sociales y económicos de las islas deben pactar una agenda de prioridades que garantice una transición pacífica hacia una sociedad sin combustibles fósiles, de forma que aminore los efectos económicos del cenit.
La desaparición del petróleo será un proceso gradual durante las próximas décadas, que se encarecerá hasta volverse inasequible. Es preocupante la indiferencia de los canarios hacia los cambios sociales que impondrá este fenómeno en pocos años. La recesión económica provocará el surgimiento de un desempleo galopante, la escasez de agua y alimentos en las islas y la aparición de grandes tensiones sociales que pueden desembocar en guerras nacionales e internacionales con secuelas en la región. Las ciudades reducirán su tamaño ante la imposibilidad de habitar en edificios por la falta de luz, agua y ascensores. El Gobierno deberá repensar su inversión millonaria en infraestructuras de transportes como el Eje Transinsular porque la movilidad disminuirá drásticamente. Desaparecerá la vida como la conocemos hoy y para evitar la catástrofe, el mundo tendrá que pactar la creación de otro orden.
Piernavieja comienza por advertir de que la existencia de un cenit petrolero que justifique el actual al encarecimiento de los combustibles fósiles es un hecho controvertido. El directivo del ITC explica que esa situación puede estar originada en un fenómeno cíclico propio de la dinámica económica. El petróleo ya ha pasado antes por períodos de encarecimiento, como el muy sonado de los años 70, y por otros muchos de relativo abaratamiento que, justamente por eso, nadie recuerda. Los mensajes alarmistas de algunos grupos de presión enturbian el panorama social, crean temores infundados y contribuyen poco a solucionar problemas reales. Advierte de que el ITC siempre se ha llevado bien con esos colectivos pero precisa que hay que llevar la discusión de este tema al terreno de lo real y de lo plausible.
Orozco recuerda que cuando el mercado alertaba sobre la posibilidad de que el petróleo alcanzara los 50 dólares por barril, los analistas auguraban el fin de la economía. Pero los hechos le ganan a las teorías y el petróleo ahora ronda los 80 dólares por barril sin que se haya desatado una recesión mundial. La economía dispone de mecanismos que, como los resortes, amortiguan las caídas o subidas de precios indeseadas y aseguran su estabilidad y crecimiento. El aumento del precio del petróleo repercutirá en la inflación, que encarecerá la vida pero hay medidas para contener sus efectos que se activarán cuando sea preciso. Es improbable que se repita la escalada del precio de los combustibles que el mundo vivió en los años 70; los mercados aprendieron la lección y ahora los sistemas financieros son mucho más fuertes, las reservas energéticas son más abundantes y el escenario mundial es otro. Rivero recordó en la presentación del último informe anual de su organización que el CES abordó el cenit petrolero en el dictamen sobre el Plan Energético de Canarias 2006 (Pecan). Se mostró confiado en que el Gobierno regional ordenará el estudio de la situación, tal y como el CES propuso en su informe. Relativiza el papel del petróleo y aclara que no es la base de la economía, sino otro de sus elementos. Su actual subida de precio se debe a los conflictos que sacuden a los países productores y a la expansión económica de gigantes como China e India. La principal consecuencia de esta situación para Canarias podría ser el 'alejamiento' de la región respecto de sus principales mercados turísticos por el incremento de las tarifas aéreas. La subida del petróleo no se prolongará porque las naciones productores saben que si los precios permanecen demasiado altos por mucho tiempo, perderán mercados al incentivar al resto del mundo a buscar otras energías. Canarias afronta un nivel de incertidumbre energética muy alto. El fracaso de las islas en formular una planificación en esa materia explica su especial vulnerabilidad, así como el escaso impulso que la Administración ha dado al desarrollo de las energías alternativas. Canarias superará su dependencia del petróleo si apuesta por la diversificación energética. .