SANTA CRUZ DE LA PALMA, 18 Ene. (EUROPA PRESS) -
"Carne de nuestra tierra para nuestra gente". Ese es el lema de la SAT Ganaderías de La Palma, que ha abierto un punto de venta en el mercado del término municipal de Los Llanos de Aridane. En él, ofrece carne de animales criados y sacrificados en la isla.
Los ganaderos de La Palma tiene dos problemas básicos: precios muy bajos en relación al coste de producción e imposibilidad de poder cobrar sus productos de inmediato. Para mejorar las condiciones de vida del sector, la Asociación de Criadores de Ganado Vacuno Selecto de Raza Palmera (Avapal), un colectivo sin ánimo de lucro, ha creado paralelamente una sociedad agraria de transformación que comercializa carne de animales de la isla.
Según señaló Rodrigo Castillo, gerente de la SAT Ganaderías de La Palma, "el ganadero de nuestra isla muchas veces no puede colocar sus productos en el mercado, y si lo hace, no sabe cuándo va a cobrarlos: vive en la incertidumbre".
Los más de cien socios que integran esta empresa crían, en pequeñas explotaciones, ganado de varias especies (vacuno, caprino y porcino principalmente) que es sacrificado en el Matadero Insular, y posteriormente vendido en la carnicería que inauguró la SAT a finales de septiembre de 2005 en la recova de Los Llanos de Aridane.
Tradicionalmente, los ganaderos entregaban los animales al carnicero y éste les extendía un pagaré. "No se puede trabajar un año entero para alimentar un becerro y estar esperando meses y hasta años para cobrarlo", señaló Castillo, al tiempo que aclaró que "no queremos ser competencia para las demás industrias cárnicas, sólo un alternativa más para el sector".
Castillo insistió en que "somos una sociedad ganadera, y lo único que pretendemos es colocar nuestros productos en el mercado, porque el palmero sabe producir, pero falla la comercialización".
La carne que vende la sociedad proviene de ejemplares que han nacido en La Palma o que se han desarrollado en ella un mínimo de ocho meses. "Queremos que se alimenten de los recursos que ofrece la isla y que creen economía aquí, y cuando no tengamos animales que sacrificar, ese día no habrá carne que vender y así se lo haremos saber al cliente", apuntó el gerente de la SAT.
En cuanto a precios, el colectivo apuesta por mantener los que existen en el mercado, "a sabiendas de que a nosotros nos cuesta muchísimo más producir, pero lo que nos interesa es vender al mejor precio posible y cobrar cuanto antes". El beneficio neto de un kilo de carne "es realmente muy bajo, entre un 7 y un 10 por ciento".
El perfil del ganadero de esta sociedad es el de una empresa familiar, con pequeñas explotaciones, "que nada tiene que ver con los cebaderos intensivos que existen en la península", dijo Castillo.
"Nuestra filosofía es dinamizar el sector agroganadero y el mundo rural: estamos en la misma línea de los mercadillos municipales.
Queremos acabar con los pagos tardíos y con la desconfianza por el peso del animal y, al mismo tiempo, dar garantías al consumidor", concluyó.