SANTA CRUZ DE LA PALMA, 16 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Palma aspira a exportar paja. La isla, según el avance de un proyecto sobre producción forrajera, tiene capacidad para desarrollar una industria centrada en la comercialización de cultivos destinados a la alimentación de la cabaña ganadera.
El forraje lleva camino de convertirse en La Palma en una saludable fuente de ingresos. Según los resultados de la primera parte de un estudio a cargo de miembros del departamento de Agrología de la Universidad de La Laguna, la isla tiene capacidad para producir pastos de primera calidad.
La asistencia técnica de la fase inicial del trabajo ha sido realizada por la ingeniero Nieves Ilenia Carrillo. La misma, coordinada por el doctor Eduardo Chinea, profesor titular de Análisis Agrícola, plantea la necesidad de hacer un seguimiento de diversos ensayos en fincas piloto.
Esta parte de la investigación ha consistido en la elaboración de un informe sobre las distintas plantas forrajeras. En concreto, se ha efectuado una descripción botánica y agronómica de las distintas especies, así como de las exigencias del clima y el suelo donde crecen.
La iniciativa ha sido promovida por el consorcio de la Reserva Mundial de la Biosfera La Palma, con fondos del Plan de Dinamización Económica, que coordina la Consejería de Hacienda y Desarrollo Insular del Cabildo de La Palma. Su objetivo es crear nuevas expectativas de negocio y empleo en las zonas de medianías de la isla.
Durante seis meses se ha realizado un trabajo de campo. Se han evaluado, especialmente, fincas abandonadas próximas a carreteras, según explicó Eduardo Chinea.
Chinea comentó que se han propuesto una serie de parcelas, localizadas en todos los municipios de La Palma, a fin de hacer ensayos con las diferentes plantas. También se han analizado los subproductos agrarios procedentes del estrío de las plataneras.
Estos despojos son ricos en fibras y pueden equilibrar la dieta del ganado. En este ámbito, señaló Chinea, el sector primario no está aprovechando importantes oportunidades y, además, está perdiendo ayudas de la Unión Europea destinadas a repoblar la cubierta vegetal, con el objetivo de fijar el suelo agrario.
La abrupta orografía supone un elemento negativo y sin mecanización los costes suben de forma significativa.
En la isla existe una gran variedad de plantas forrajeras, la mayoría autóctonas. Entre las mismas destaca el tagasaste. Esta especie endémica, dado su alto potencial nutritivo, se llevó en 1879 a Australia y, en la actualidad, sirve de manutención a millones de rumiantes.
Otras especies forrajeras apreciadas por los ganaderos de La Palma son la tedera, la gacia y la vinagrera. La cabaña de la isla, formada por unas 28.000 cabras y 1.000 vacas, consume aproximadamente 60.000 kilos de forraje al día. El 65 por ciento de esta paja se importa.
La finalidad del proyecto impulsado por la Reserva de la Biosfera es "conocer el potencial forrajero de la isla, aún no explotado comercialmente".