LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 27 Oct. (EUROPA PRESS) -
La casa de Margarita Domínguez Ramos fue declarada en estado ruinoso por el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana el pasado mes de septiembre. Desde entonces vive en la cocina, con una oreja puesta en el estampido del próximo desprendimiento.
"Estaba viendo la tele y de repente salió una polvareda del cuarto de al lado que fue como una bomba, hasta los vecinos se asomaron a la puerta", cuenta esta octogenaria para ilustrar el susto que se llevó cuando medio techo se desplomó en su vivienda de Juan Grande. También su hijo se estaba en la casa, aunque parece haber digerido mejor el susto.
Ambos duermen ahora en el pasillo de la cocina, acostados en colchones en el suelo, pues tienen miedo a franquear la puerta que comunica con el resto de la casa a través del saloncito en el que se produjo el derribo. Se trata de la única parte que la propietaria ha podido apuntalar con la ayuda de los vecinos, a pesar de que la resolución municipal ordena el desalojo inmediato de la vivienda y su apuntalamiento como medida previa al precinto de la misma.
Sin embargo, ninguna de estas medidas se ha llevado a cabo. Desde el consistorio se pospone la demolición del inmueble para dar tiempo a su inquilina a que encuentre un nuevo hogar, mientras que Margarita Domínguez dice que no tiene recursos para afrontar un alquiler, ni un alojamiento provisional hasta que consiga el dinero necesario para volver a edificar. A principios de semana fueron varios operarios de Vías y Obras a asegurar la casa con puntales, pero ella no les firmó la autorización porque "querían hacerme responsable de los daños que se pudieran producir si sigo viviendo aquí", asegura.
Mientras tanto permanece en la morada hecha un manojo de nervios, "con todo empaquetado por si me dan una solución", apunta. Pero por el momento no hay en el municipio ninguna casa disponible para ella, e incluso en Servicios Sociales dicen que no le pueden pagar un alquiler porque sus ingresos superan el salario mínimo, aunque se muestran dispuestos a ayudarla en lo que se pueda. "Necesito una vivienda provisional porque mi pensión es sólo de 500 euros", replica la afectada, que tiene más familia San Bartolomé y considera que su petición es justa "porque esto ya se ha hecho con otros vecinos". La situación es grave. La estructura de la casa se halla colapsada por la mala calidad de los materiales y el riesgo de derrumbe también compromete a los transeúntes.