Una plaga de ratas portadoras de una bacteria transmisible a las personas tiene en vilo a los vecinos de Lomo Perera

Actualizado: viernes, 6 octubre 2006 14:00


SAN BARTOLOMÉ DE TIRAJANA, 6 Oct. (EUROPA PRESS) -

Las ratas y los vertidos de aguas fecales mantienen en vilo a los vecinos de Lomo Perera, una zona de cuarterías situada a pocos kilómetros de Maspalomas en donde se ha tenido que sacrificar a un perro infectado por una bacteria que puede contagiar a las personas. Se trata de la leptospirosis, una enfermedad febril aguda que es transmitida principalmente por los roedores mediante la orina.

El veterinario que asistió al animal asegura que el diagnóstico no es definitivo porque no se realizó un análisis para detectar la bacteria. Sin embargo, el cuadro clínico que presentaba el can coincide en su totalidad con los síntomas de la enfermedad, al sufrir una insuficiencia renal y hepática que comprometió su vida. De hecho tuvo que ser sacrificado el pasado domingo, después de permanecer tres días ingresado.

Otra de las circunstancias que apuntan a la existencia de la bacteria es el riachuelo de aguas residuales, que desde el pasado mes de febrero brota barranco abajo por una arqueta obstruida y es el lugar idóneo para que habite el microorganismo, ya que tras ser excretada por el huésped puede durar meses en el líquido.

A pocos metros de ese foco de infecciones hay varios chamizos con animales, e incluso una colonia de gallinas campa a sus anchas por los alrededores y usa el charco de residuos como abrevadero. Por ello se cree que el perro pudo resultar infectado de esa forma, ya que el contacto directo con el agua contaminada es la manera más habitual de contagiarse tanto los animales como los humanos.

El presidente de la asociación de vecinos, Juan Suárez, confiese que denunció hace un año la plaga de ratas ante el Ayuntamiento, una situación que se ha agravado en estos últimos cinco meses por los vertidos. "El mal olor y los roedores nos obligan a tener las puertas cerradas", asegura al tiempo que advierte del riesgo potencial que padecen los residentes. "Por aquí juegan los niños y hay animales muy cerca, cualquier día puede ocurrir una desgracia", concluye.

La familia Abderraman también está indignada con la desidia municipal. Tienen cuatro hijos y dicen que la zona es un auténtico festival de ratas por la noche. "Tenemos que espantarlas hasta con los pies", apuntan sorprendidos por el gran tamaño de los ejemplares y por el hecho de que merodeen hasta búhos para cazarlas. Por ello reclaman una actuación definitiva que resuelva este grave problema sanitario, pues las cuarterías no están conectadas a la red de alcantarillado y la fosa séptica ni siquiera funciona en condiciones.