SANTA CRUZ DE TENERIFE, 20 Abr. (EUROPA PRESS) -
El grupo popular del Ayuntamiento ha organizado una visita al Balneario de Santa Cruz. A la inspección de esta antigua construcción, acudieron entre otros, Cristina Tavío, Guillermo Díaz Guerra y Luís Febles de la asociación Siglo XXI de Valleseco y miembro por el PP del Tagoror de Anaga. Hizo de guía José Jesús Hernández Melián, concesionario desde 1964 del restaurante situado en la parte superior del Balneario.
Hubo un tiempo en el que el litoral de Santa Cruz estaba formado por pequeñas playas de arenas negras o de piedras, que con el tiempo fueron dejando lugar a las instalaciones portuarias. Entre los años 30 y los 70, el Balneario de Santa Cruz, con su playa y sus piscinas, fue el gran centro de encuentro de la ciudad con el mar. En este edificio, hoy abandonado, veraneaban las familias con menos recursos económicos de la capital.
El Partido Popular se ha decidido a presentar sendas propuestas en el Tagoror, el Ayuntamiento, el Cabildo y el Parlamento, en aras de convertir este viejo edificio en un Centro Social Asistencial. Esta iniciativa está incluida en el Plan General de Ordenación Urbana respaldado por los populares. No obstante, según apuntó el concejal Guillermo Díaz Guerra, "nuestra intención es poner el dedo en la llaga para que la moción salga adelante". Díaz Guerra, subrayó además que con acciones como esta, se están preocupando por asuntos que corresponden al Gobierno de Canarias. Cristina Tavío, la presidenta del PP en Tenerife subrayó que un espacio como este favorecería no solo a los jóvenes, sino a personas de todas las edades, "sería el lugar idóneo para que la gente se interrelacione".
La edificación principal data de 1928, y en su mejor momento, fue sede del despacho del entonces alcalde de Santa Cruz, don Santiago García Sanabria. 78 años después es difícil restaurar un edificio tan perjudicado por el tiempo, pero tal como señala el concejal Díaz Guerra, "al mantenerlo en pie al menos hemos conseguido conservar este suelo, ya que tal vez sea imposible recuperarlo".
Algunos de los presentes recuerdan con nostalgia la época en que las olas rompían a los pies del Balneario. Actualmente solo se divisa una muralla de contenedores, que ha conseguido contener el mar y terminar con el inmueble en el que tantos pasaron sus vacaciones.
El paulatino cierre de estas instalaciones ha perjudicado también al hostelero José Jesús Hernández Melián, que disfruta de una concesión indefinida para explotar el local situado en el Balneario desde 1964. Su restaurante lleva seis años cerrado. Al menos Caritas aprovecha parte del espacio situado en la parte baja, donde ha establecido un taller de trabajo.