Los vecinos de Fataga se rebelan contra el cura del pueblo sureño

Europa Press Islas Canarias
Actualizado: lunes, 11 diciembre 2006 13:01

LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 11 Dic. (EUROPA PRESS) -

Una circular colocada en la puerta de la iglesia de Fataga el pasado viernes, ha provocado un nuevo enfrentamiento entre el cura y los vecinos del pueblo sureño, quienes ya se enfrentaron hace unos meses por la gestión del cementerio.

En esta ocasión, el motivo que ha sublevado los ánimos de los lugareños es una simple nota sobre los horarios de la catequesis, que termina de esta guisa: "Si quieres que la enfermedad y la desgracia caiga sobre los tuyos, ¡arráncame!". Un mensaje que ha sido calificado por algunos como una amenaza propia de la Edad Media, cuando la Inquisición española comenzó su particular represión religiosa y en las hogueras crepitaba el espíritu de Torquemada.

"Esto es una amenaza pura y dura para demostrar que aquí manda una autoridad eclesiástica superior, pero esa época ya pasó porque los inquisidores murieron todos", asegura Inmaculada Reyes Díaz, una vecina que defiende la libertad de su pueblo con vehemencia mientras agita en el aire la circular de la discordia. "La arranqué porque me cabreé. Esto es una persecución que no se le puede permitir a nadie", añade con visible indignación en su rostro.

Reyes lamenta que el párroco se dedique a lanzar diatribas de ese calibre en vez de mensajes de amor, que a su juicio es lo que debería hacer la iglesia en estos tiempos de hoy, sobre todo cuando se trata de cursos como la catequesis, que están dirigidos a los niños.

"Esto es el colmo después de lo del cementerio", replica Manolo Pérez Reyes, otro vecino que acusa al cura de prepotencia porque no se quiere adaptar a las pautas de convivencia que han marcado el devenir de Fataga. "Qué confianza puedes tener en un hombre que llega y decide cambiar todas las normas", se pregunta para sus adentros este comerciante.

Y es que el origen de esta crispación social se remonta a septiembre del año pasado, cuando José Sánchez Domínguez se hizo cargo de la parroquia de Tunte, y por extensión de sus competencias comenzó a administrar el campo santo de Fataga, que hasta ese momento era gestionado por un grupo de vecinos. "Lo llevaban a su gusto, sin dar cuenta del libro de enterramientos", explica el religioso.

El propio Sánchez reconoce que "las diferencias con ciertos vecinos" surgieron a partir de entonces, al aplicar el cura la normativa que regula el funcionamiento de los cementerios, "porque antes se abrían las sepulturas sin permiso del juez y eran vendidas a pesar de que la ley obliga a alquilarlas por un periodo renovable de diez años", aclara.

También reconoce que a esas irregularidades se unieron otros motivos de disputa, como la propiedad del campo santo, que la población residente siempre lo consideró una pertenencia de su comunidad, aunque finalmente fue inscrita en el registro a favor de la parroquia en 1997. "Ellos pensaban que era un bien que les pertenecía, pero el pueblo no es una persona jurídica", señala Sánchez al tiempo que se muestra sorprendido por el malestar que ha causado ahora el asunto de la circular. "No hay ningún revuelo porque nadie ha venido a decirme nada", dice con rotundidad.

Sin embargo, confiesa que alguien ha arrancado el horario de la catequesis en cuatro ocasiones durante el pasado mes de noviembre. "El que lo hizo tiene las manos manchadas porque el papel estaba colocado en la puerta de la iglesia", sostiene el cura antes de reconocer que decidió incluir la frase a modo de advertencia para disuadir a los saboteadores. Además, subraya que esas personas "no son cristianas" y nada tienen que ver con los feligreses que sí acuden a misa. "Con ellos no tengo ningún problema", concluye el responsable de la parroquia de Tunte, quien empieza a estar hastiado del "sacrificio personal" que supone desplazarse a los barrios para realizar sus oficios. También lanza otra advertencia a aquellos que siguen en contra del nuevo orden impuesto en el cementerio: "hasta ahora me he portado bien porque no he requerido judicialmente el registro de los enterramientos".

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