LOGROÑO 14 Sep. (EUROPA PRESS) -
El próximo día 21 de septiembre, la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer y otras demencias (AFA Rioja), que forma parte de la Confederación Española de Familiares de Enfermos de Alzheimer y otras demencias (CEAFA) y más de 65.000 familias que pertenecen a las Asociaciones de Familiares de Alzheimer, conmemora los cien años del descubrimiento de la Enfermedad de Alzheimer.
Bajo el lema '100 años de historia. 1906-2006', se celebra una nueva edición del Día Mundial de Alzheimer, evento instituido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y auspiciado por Alzheimer's Disease Internacional (ADI) en 1994.
En 1906 el neuropatologo alemán Alois Alzheimer descubrió el primer caso de la enfermedad que lleva su nombre. El incesante envejecimiento de la población en las últimas décadas ha convertido el Alzheimer en uno de los problemas de salud más serios de los países desarrollados, que en España afecta a casi un millón de personas. En La Rioja se estima que el número de personas afectadas por la enfermedad es de 4.000 y que provoca en el entorno familiar una absoluta situación de desamparo.
Hoy AFA Rioja es una entidad fuerte formada por 456 socios y con diversas actividades todas ellas encaminadas a mejorar el bienestar y la calidad de vida tanto de los enfermos como de sus familias. Asimismo cuenta con el inestimable respaldo de S.M. la Reina Doña Sofía, Presidenta de honor de CEAFA, que siempre a mostrado una especial sensibilidad hacia los enfermos de Alzheimer.
El Día Mundial de Alzheimer representa una magnífica oportunidad para explicar a la sociedad los problemas a los que nos enfrentamos a diario, concienciar y sensibilizar a la población de la importancia de la demencia y de las consecuencias que presenta para las personas que la sufren y para sus familias y cuidadores, un serio reto sanitario y social.
La función principal de la Asociación no es solo ser prestadora de servicios para enfermos, familiares y cuidadores de Alzheimer sino que también realiza una función fundamental dentro de la sociedad que es dar a conocer la enfermedad, difundir información, llamar la atención de las autoridades sanitarias y gubernamentales de las necesidades que tenemos, fomentar la investigación científica acerca de esta patología, optimización de los recursos existentes y creación de nuevos..
HISTORIA DE UNA ENFERMEDAD
Hijo de un rico notario, el descubridor de la enfermedad que él llamó demencia presenil nació en Martkbreit (Alemania), en el seno de una familia católica. Estudió el bachillerato, destacando su curiosidad por las ciencias. Era lo normal en aquella Alemania imperial modernizada por Bismarck, pues la fe en el progreso conseguido a través de los descubrimientos científicos fascinaba al mundo.
Alzheimer empezó a estudiar Medicina en una universidad cercana, pero pronto fue atraído por Berlín, donde estaban los grandes médicos. Acabó la carrera en 1888 y empezó inmediatamente a trabajar en diferentes hospitales, inclinándose por la psiquiatría. Destacaba su facilidad para el trato humano con los enfermos mentales, a los que dedicaba mucho tiempo, pero por la noche buscaba en el microscopio las causas físicas de las enfermedades. Se le conoce por su descubrimiento principal, pero, investigó en campos tan variados como la sífilis, el alcoholismo, o la epilepsia.
Consumió su vida en hospitales y laboratorios, pero tuvo tiempo para formar una familia y disfrutar de la amistad con muchos de sus colegas y maestros. Fue un hombre afectuoso, risueño, a menudo divertido e ingenioso. Se casó a los 31 años -edad tardía entonces- con Cecilie, y tuvo tres hijos, pero el matrimonio duró sólo seis años, pues su mujer murió en 1901. Desde entonces Alois se entregó a la investigación y a la práctica psiquiátrica sin descanso.
Ejerció en diferentes hospitales psiquiátricos -Francfort, Heildelberg, Munich, Breslau-, asistió a los más importantes congresos médicos y escribió numerosos artículos científicos, entre ellos el que describe por primera vez la enfermedad que conocemos por su nombre, en 1906.
Próxima su muerte, fue nombrado catedrático en Breslau (hoy la ciudad polaca de Wroclaw). Tres años después moría en esa ciudad a causa de una insuficiencia renal. Sus restos y los de su esposa yacen bajo la misma lápida en el cementerio de Francfort del Mein. El gran científico no vivió para ver la difusión mundial de su nombre asociado a la enfermedad que había descubierto. Tampoco pudo imaginar que, al aumentar tanto la esperanza de vida, lo que era entonces una enfermedad minoritaria llegara a afectar, cien años después de su descubrimiento, a 40 millones de seres humanos.
Cuando Rita Hayworth, la inolvidable Gilda, fue diagnosticada de Alzheimer, muchos creían que la actriz era una alcohólica. Unos años después, Ronald Reagan escribió una carta conmovedora comunicando que padecía la enfermedad. Hoy todos sabemos que el cada día más apreciado presidente Suárez tiene Alzheimer. Lo que era una "enfermedad rara" y un nombre extraño ha pasado a ser un tema de conversación habitual entre los ciudadanos. Y una amenaza. Se calcula que en 2010 la padecerán siete millones de norteamericanos.
La historia de la enfermedad se inicia en 1901 con la paciente Auguste D., tratada por el dr. Alzheimer, que escribió sus conversaciones en la historia clínica de la enferma. Cuando murió, en 1906, pudo explorar su cerebro, en el que encontró los resultados que llevó a la célebre conferencia "Sobre una enfermedad peculiar de la corteza cerebral". En 1910, su amigo el dr. Kraepelin menciona ya el epónimo en un Manual de Psiquiatría, mientras corresponde a un madrileño, Gonzalo Lafora, médico visitante en Washington, el descubrimiento del primer caso de Alzheimer en los Estados Unidos, en 1911, hallazgo que envió al dr. Alzheimer para que éste lo publicara.
Hoy el conocimiento de la enfermedad ha evolucionado mucho. Entonces no era tan importante como hoy el diagnóstico temprano, ni se disponía de los medios de exploración del cerebro que Alzheimer necesitó para cumplir su sueño: verlo en vida de los pacientes. Hay muchos libros, información, asociaciones, cuidados -también a los cuidadores: muy importante-, pero ahí está invicto el fantasma que recorre el mundo.
El siglo que fue de la juventud ha acabado siendo el de la vejez. Aquellos jóvenes de la época dorada se aproximan a los sesenta años, una edad en que cualquier fallo de memoria empieza a preocupar.