El Centro de Acogida de Cruz Roja ha atendido en once años a 232 refugiados de 32 etnias diferentes

Actualizado: miércoles, 18 enero 2006 15:53

LOGROÑO, 18 Ene. (EUROPA PRESS) -

El Centro Temporal de Acogida de Cruz Roja ha atendido, en once años, a 232 personas de 32 nacionalidades diferentes que han llegado a La Rioja como refugiados políticos, religiosos, de etnia o, incluso, de violencia de género. Un trabajo que hoy mereció el reconocimiento del presidente riojano, Pedro Sanz, que mostró su disposición a seguir colaborando con esta entidad.

El jefe del Ejecutivo regional visitó hoy el Centro de Acogida de esta entidad situado en Logroño y que, desde hace doce meses, sustituye al de Arnedo. Para su construcción, el Gobierno de La Rioja aportó 42.070 euros. En su visita, Sanz se mostró "gratamente sorprendido" de la "atención que se presta y de las condiciones, medios y recursos, tanto materiales como humanos, que Cruz Roja pone a disposición de las personas a las que acoge".

Recorrió las instalaciones acompañado por la coordinadora del centro, Isabel Manzanos, y se interesó por cuestiones como el modo en el que los inmigrantes acogidos logran su integración. Manzanos le explicó que los refugiados pueden estar en el centro durante seis meses. Después, en algunos casos, se les puede conceder una prórroga de otros seis y, en casos excepcionales, de más tiempo; hasta que se resuelve su expediente de asilo, que suele tardar "un año, año y medio".

En este sentido, apuntó a que, normalmente, salen del centro sin este expediente resuelto y, por eso, el trabajo del personal del centro con estas personas supera a su tiempo de estancia en él. Destacó el caso de los refugiados procedentes de Colombia, un país en el que se llegó a concentrar un volumen de peticiones muy alto y, por eso, la resolución de expedientes ha llegado a prolongarse hasta los dos o tres años.

El centro cuenta con ocho habitaciones, de una media de veinte metros cuadrados cada una, además de zonas comunes como salón, comedor y cocina, y viven en él, actualmente, veinte personas. Cruz Roja admite tanto a familias como a personas solas y ofrece, además de residencia, clases de español y de apoyo escolar.

En estos momentos, las familias que residen en el centro son monoparentales, de una madre con niños. Hay, en la 'casa', doce menores y ocho adultos. El centro incluye un guardarropa, ya que según explicó su coordinadora, muchas veces llegan con lo puesto. Algo ante lo que destacó la diferencia entre los refugiados y los inmigrantes, ya que "no han decidido dejar su país y no pueden volver".

Por tanto, "lo que piden aquí una protección", después de haber solicitado "asilo en Barajas, en las embajadas de sus países de origen o en las comisarías". La dificultad del trabajo en el centro, dijo, reside "en la heterogeneidad del refugiado, porque vienen de diferentes culturas y con distintas edades".

Apuntó a que, en alguna ocasión, el refugiado que había llegado a La Rioja había tenido que ser trasladado porque era "imposible" que conviviera con otro residente, como ocurrió, por ejemplo, en el caso de los hutus y los tutsis. En estos caso, se les traslada a otro centro dentro de España.

Sanz calificó las instalaciones como "magníficas" y se quedó satisfecho de que ofrecen "las mejores condiciones de atención a los acogidos". Un servicio social que, consideró, reconoce a Cruz Roja como una una de las instituciones que prestan "un gran servicio a la sociedad, desde el punto de vista humanitario".