LOGROÑO, 15 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Juzgado de lo Penal número 1 ha condenado a R.C.D, por conformidad entre las partes, a cinco años y once meses de prisión por un delito de "violencia habitual" y dos de lesiones contra sus hijos, de 13 y 9 años, a quienes llegó a quemar las manos con la vitrocerámica porque uno de ellos no hacía los deberes.
La sentencia considera probado que la relación entre la acusada y su hijo mayor es "muy conflictiva al no tener habilidad para manejarlo, lo cual le lleva a perder con frecuencia el control de sus emociones y a recurrir a la violencia física, golpeándole con las manos, pies, palos, sillas y todo lo que encuentra por todas partes del cuerpo".
Esta "violencia", relata, "se hace extensiva a su hija" pequeña. Además, desde el año 2007, la "frecuencia" con la que el niño acude al colegio con "hematomas y marcas" dio lugar a que intervinieran los Servicios Sociales y tras "denuncias de los colegios".
Ya el 8 de febrero de 2010, la acusada fue al colegio y, como el tutor del niño le dijo que no hacía los deberes, al llegar a casa le golpeó con el tubo del aspirador y luego cogió a los dos menores, encendió la vitrocerámica y puso sus manos, manteniéndolas un rato.
En el colegio, los maestros vieron al día siguiente que tenían quemaduras en las manos y avisaron al médico de la localidad y a la Guardia Civil. Se les trasladó al Hospital San Pedro, donde vieron que tenían quemaduras de segunda mano, y fueron declarados en situación de desamparo por urgencia.
Se acordó el acogimiento residencial y se encuentran tutelados por los Servicios de Protección de menores de la Comunidad Autónoma de La Rioja. La madre tiene suspendida la patria potestad. Además, al verse "afectada por las dificultades educativas de su hijo" está en tratamiento tras un episodio depresivo.
