Detención por la Guardia Civil de la acusada, que en catorce días llegó a sustraer objetos por valor de mil euros - GUARDIA CIVIL
LOGROÑO, 27 Sep. (EUROPA PRESS) -
Efectivos de la Guardia Civil en La Rioja han detenido a una mujer de 38 años, de nacionalidad española y vecina de Fuenmayor, como presunta autora de un delito de robo con violencia e intimidación y tres delitos de hurto, todos ellos en establecimientos comerciales de Fuenmayor.
Tal y como ha informado la Guardia Civil, la detenida "durante sus acciones delictivas no dudaba en usar la violencia física o verbal si era sorprendida por algún empleado". Se trata, ha añadido, de algo que "ocurrió en uno de los casos denunciados".
Siguiendo la información de esta fuente, la detenida, en catorce días, llegó a sustraer numerosos artículos de belleza, cosmética y menaje hogar por valor superior a los mil euros. La Guardia Civil ha añadido que estas acciones habían generado alarma e inseguridad entre los comerciantes y residentes.
Ha relatado cómo la detenida fijó su residencia en Fuenmayor a principios de agosto, y ha sido detenida e investigada en otras trece ocasiones. En su "amplio historial delictivo", tal y como lo ha definido la Guardia Civil su especialidad eran los robos con fuerza y hurtos al descuido.
Su forma de operar se desarrollaba de tal forma que, a media mañana, accedía a los comercios y procedía a ocultar entre su ropa y pertenencias diferentes artículos de cosmética, higiene personal, colonias, máquinas de afeitar, etcétera.
Una vez conseguía salir del establecimiento sin ser descubierta, se dirigía a la parada del autobús y se trasladaba hasta Logroño "para revender los productos del robo en el mercado negro a precios muy por debajo del de venta al público en tienda".
Agentes del Servicio de Seguridad Ciudadana del Puesto de Fuenmayor, tras recabar numerosos testimonios y pruebas, consiguieron identificar a la presunta autora de estos hechos, que fue interceptada en la parada del autobús con su mochila repleta de colonias recién sustraídas.
Una vez trasladada a dependencias policiales se acogió a su derecho constitucional de no prestar declaración ante los agentes, por lo que fue puesta a disposición de la autoridad judicial, que decretó su puesta en libertar con cargos y la prohibición de entrada en Fuenmayor.