El programa de acogida de niños bosnios de SOS Balcanes desaparece para dar protagonismo a campamentos en el lugar

Actualizado: martes, 11 julio 2006 15:13

LOGROÑO, 11 Jul. (EUROPA PRESS) -

El programa de acogida de niños bosnios, en hogares riojanos, ha desaparecido para dar protagonismo, en su lugar, a dos campamentos, de una semana cada uno, en Bosnia de los que se podrán beneficiar setenta niños. Se desarrollarán del 17 al 30 de julio y trabajarán en ellos tres voluntarios riojanos de 'Tareas Solidarias. Caravana por la Paz', junto con otros dos andaluces.

Justo Lázaro y Ana Pazos, dos de los tres voluntarios riojanos, presentaron hoy la iniciativa acompañados de otro integrante de la asociación, Samuel Pérez. Lázaro explicó que, diez años después del conflicto, la receptividad de las familias riojanas para acoger niños en verano ha bajado y ya, el año pasado, sólo se pudo traer a diez niños de los que tres estaban en la misma casa.

Esto ha hecho a 'Tareas Solidarias' replantearse su actuación, sobre todo, dijo, porque "venir a España se estaba convirtiendo en un privilegio del que solo podían disfrutar unos pocos". El motivo del alojamiento era que los niños viesen que "es posible otro ambiente" y, ahora, lo que hará la asociación es centrarse en llevar ese ambiente al lugar en el que viven, como ya llevan haciendo cuatro años.

Se trata, indicó, de crear un espacio amable y divertido en el que los niños, de diferentes etnias y religiones, jueguen juntos, porque "si de pequeños juegan juntos de mayores podrán convivir" y, de este modo, se podrá romper la frontera sicológica que separa a serbios de musulmanes.

En el campamento, además, se trabaja con monitores del lugar. Otra novedad de este año es que los voluntarios realizarán el viaje en furgoneta, en vez de en avión como en otras ocasiones, para llevar productos de higiene bucal que han conseguido en Cádiz.

Lázaro explicó que, en estos momentos, la situación que se vive en el lugar no es de violencia, sino de fronteras no marcadas físicamente y creadas por las religiones. Relató como las familias de las zonas rurales "se han normalizado un poco, aunque viven con una alta tasa de sufrimiento interior y tienen pocas cosas".

Por otro lado, están los tres campamentos de refugiados, donde la gente "no ha evolucionado nada tras el fin de la guerra, casi va hacia atrás; no tienen nada que hacer salvo ver pasar las horas". Pérez aseguró que, cuando entran en sus casas, no entienden de qué viven.