LOGROÑO 18 Ago. (EUROPA PRESS) -
Tomar unas cervecitas con los amigos y salir a tomar el aperitivo (ambos con 77 por ciento), y salir de viaje algún fin de semana (75 por ciento), son los placeres del verano que los riojanos consideran más fáciles de mantener tras las vacaciones para superar el síndrome post-vacacional.
Sin embargo, cuidar la línea siguiendo la dieta veraniega propia de la "operación bikini" y cumplir el horario laboral son costumbres más difíciles de seguir realizando, con un 52 por ciento y un 45 por ciento de las menciones respectivamente. Estas son algunas de las conclusiones del estudio elaborado por la consultora de investigaciones de mercado Quota Research y promovido por Cerveceros de España 'Hábitos del verano para superar el síndrome post-vacacional'.
Los riojanos afirman que tras el periodo estival mantendrán pequeños placeres como salir a tomar unas cervecitas con amigos y familiares y salir a tomar el aperitivo (ambos 77 por ciento de las menciones); aprovechar mejor el tiempo de ocio (75 por ciento), salir de viaje algún fin de semana (75 por ciento) y leer más (73 por ciento), son otras de las opciones para superar el síndrome post-vacacional.
Una dolencia que afirma padecer todos los años el 12 por ciento de los riojanos, y en alguna ocasión el 32 por ciento. Mantener esos pequeños placeres veraniegos es para el 54 por ciento de los encuestados un aspecto clave para superar la vuelta a la rutina después del periodo estival.
En lo referente a un tema tan importante como el de la conciliación de la vida laboral y personal, el 44 por ciento de los riojanos asegura que le será fácil cumplir su horario de trabajo tras su reincorporación para disfrutar de más tiempo libre, frente al 33 por ciento que piensa que será difícil conseguirlo.
Hábitos fáciles y hábitos muy difíciles
Si los anteriores son pequeños placeres veraniegos que a los riojanos les resultará fácil mantener para superar el síndrome post-vacacional, hay algunos a los que intentarán no renunciar y otros que consideran muy difíciles de cumplir.
Entre aquellos a los que intentarán no renunciar destacan ponerse a dieta, que ha sido mencionado por el 37 por ciento de los encuestados; dormir la siesta, que estará entre los propósitos del 29 por ciento; y descansar más, que será el objetivo de un 27 por ciento de los riojanos.
Pero hay otros hábitos estivales que los riojanos consideran muy difíciles de cumplir y descartan casi completamente seguir realizando. Por ejemplo, tras el verano, el 52 por ciento piensa que abandonará su dieta, se olvidará de la "operación bikini" y no le parecerá tan prioritario controlar los kilitos de más. Hacer más deporte (36 por ciento) y dormir la siesta (34 por ciento) tampoco serán actividades sencillas de seguir llevando a cabo. Cumplir el horario laboral para disponer de más tiempo libre deja de ser una opción para el 33 por ciento de los encuestados.
Salir de cañas Que salir a tomar unas cervezas sea considerado por los riojanos un hábito veraniego fácil de mantener cuando finalizan las vacaciones, se explica porque en nuestro país se ha convertido en un rito muy ligado al encuentro social, a la conversación, al aperitivo y al tapeo. Forma parte de nuestra cultura, de nuestra forma de ser. No tomamos cerveza sólo para refrescarnos sino que lo hacemos, además, para compartir un rato agradable con nuestros seres queridos.
Por ello, aunque la cerveza es una bebida ideal frente al calor y, según Quota Research, es la favorita de los riojanos durante el verano su consumo es cada vez menos estacional. De hecho, otra de las conclusiones del estudio es que el 49 por ciento de los riojanos sale habitualmente de cañas independientemente de la época del año, si bien, tras las vacaciones, lo hacen sobre todo las mañanas de los fines de semana (74 por ciento), frente al 6 por ciento que lo hace una o dos veces los días laborables, un 1 por ciento tres o cuatro veces y un 9 por ciento todos los días.
La cerveza forma parte de nuestra dieta mediterránea; se elabora con ingredientes naturales como el agua, la cebada y el lúpulo; no contiene grasas y aporta vitaminas, minerales y otras sustancias con propiedades funcionales. Además, cuenta con un contenido alcohólico considerablemente menor al de otras bebidas (entre el 4 y 5 por ciento de alcohol en volumen, frente al 12 por ciento del vino, el 40 por ciento de los licores, el 50 por ciento del brandy, etc.), además de tener una variedad sin alcohol, y es consumida de forma moderada y responsable por la inmensa mayoría de la población.