LOGROÑO, 25 Feb. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Comunidad de La Rioja, Pedro Sanz, ha señalado este miércoles, durante la visita a la basílica de Nuestra Señora de Arcos en Tricio, Bien de Interés Cultural con la categoría de monumento, que los trabajos de restauración llevados a cabo por la Consejería de Educación, Cultura y Turismo en este edificio "han frenado el deterioro que sufría y otorgado a esta joya de la arquitectura riojana la estabilidad que necesita".
El edificio ha acusado históricamente problemas de humedad y, antes de esta última restauración, presentaba un deterioro que aquejaba principalmente a la cubierta y afectaba a la estabilidad de los muros, empujándolos y provocando grietas en bóvedas y fachadas, lo que incluso ponía en peligro la estabilidad del templo, por lo que era imprescindible actuar de manera inmediata.
En concreto, la actuación realizada, que ha supuesto una inversión de 209.479 euros por parte del Ejecutivo riojano, ha consistido en la renovación de toda la cubierta, la restauración del forjado de la Nave del Evangelio, la ejecución de accesos al bajo cubierta, el saneamiento de humedades en los paramentos y la restauración de fachadas.
Con estos trabajos se han subsanado las principales patologías que incidían en el deterioro del templo, entre las que destacaban grietas importantes en la clave de los arcos y bóvedas de la nave central, en el tímpano del arco fajón y en el encuentro de las bóvedas de las naves laterales con los paramentos de la fachada.
Además, la viga de cubierta que apoya en la segunda columna estaba partida cerca del apoyo del muro Sur intermedio y los cabios de cubierta se encontraban apolillados. En la fachada Sur se advertían también grietas verticales y humedad hasta una altura de 2 metros aproximadamente.
LA BASILICA.
La Basílica de la Virgen de los Arcos es el monumento religioso más antiguo de La Rioja, ya que desde su origen y hasta la actualidad ha permanecido cumpliendo funciones religiosas ininterrumpidamente.
Su particularidad estriba en que fue edificado con materiales reutilizados procedentes de la antigua ciudad romana de Tritium Megallum, Tricio la Grande, que comprendía el Tricio actual, Nájera y otras localidades próximas.
La base de la construcción es un edificio funerario en forma de torre datado en el Siglo I, que, con la supresión de su fachada Oeste, se convirtió, primero, en un lugar de enterramiento (alrededor del Siglo IV) y, más tarde, en la cabecera de una iglesia con planta basilical de tres naves, que sufriría distintas restauraciones a lo largo de la Edad Media.
En el interior, las naves laterales están separadas de la central por arquerías apoyadas en una columnata corintia formada por fragmentos de columnas pertenecientes a un edificio romano construido en el siglo I.
Los arcos son visigodos de fines del siglo VI, principios del VII en piedra Toba, traída de la sierra, salvo el primero de la arquería del lado del Evangelio que responde al tipo romano y fue construido en piedra arenisca típica de la zona.
En el siglo XVIII, el interior de la Basílica se cubrió por yeserías barrocas, donde todavía hoy se aprecia el escudo de la Orden de la Terraza.
