MADRID, 31 May. (EUROPA PRESS) -
Los adictos a derivados del cannabis que solicitan tratamiento y rehabilitación a la Agencia Antidroga de la Comunidad de Madrid han aumentado un 64 por ciento en sólo cinco años. En concreto, el año pasado fueron 4.358, mientras que en 2000 se alcanzó el número de 2.653 usuarios.
El perfil más común de los pacientes se corresponde con un varón de 28 años de edad que se estrenó en esta droga en torno a los 16 años, por lo que lleva de media 12 años de consumo. De acuerdo con el balance de 2005, la mayor parte de los adictos (3.683) tiene problemas de dependencia también de otras sustancias distintas al cannabis, mientras que 639 presentaban adicción exclusiva a los 'porros'.
Así lo explicó hoy el gerente de la Agencia Antidroga, Manuel Molina, en la inauguración de la I Reunión de Expertos Nacionales sobre los Aspectos Psiquiátricos del Consumo de Cannabis, donde se puso de manifiesto cómo fumar porros puede producir ansiedad, crisis de angustia, trastornos afectivos, trastornos cognitivos, deterioro de la personalidad y diferentes trastornos psicóticos.
Entre los riesgos asociados a esta droga, que es la sustancia de tráfico ilegal más consumida en España, destacan, por su gravedad, los cuadros psicóticos, lo que en psiquiatría se conoce como psicosis cannábicas.
AUMENTA EL RIESGO DE PSICOSIS
Existen opiniones diferentes acerca de si el cannabis actúa como mero desencadenador de una psicopatología que se encuentra 'dormida', o como generador de la misma. En todo caso, su vinculación y su relación causa-efecto está, en general, aceptada por la comunidad científica. En este sentido, algunos estudios indican que el consumo de cannabis multiplica por 2 ó 3 el riesgo de padecer psicosis.
En la aparición de estos brotes psicóticos influye la dosis consumida, la edad y la predisposición genética. Así, diferentes trabajos identifican dosis altas y edad temprana de consumo, al comienzo de la adolescencia, con una mayor probabilidad de sufrir brotes psicóticos en edad adulta, mientras que otras investigaciones apuntan al peso del factor genético.
Dado lo extendido del consumo de cannabis, el creciente número de adictos que solicitan asistencia y la necesidad de profundizar en el conocimiento de sus secuelas, la Agencia Antidroga de la Comunidad de Madrid y el Instituto de Adicciones del Ayuntamiento de Madrid, junto con la Sociedad Española de Investigación sobre Cannabinoides (SEIC) y la Asociación Médica para las Adicciones y Patologías Asociadas (AMAPA), han creado la Red Madrileña de Investigación de Cannabis, que integra a los investigadores de esta sustancia en la región.
TASAS DE CONSUMO EN MADRID
De acuerdo con la última Encuesta sobre Drogas a Población Escolar, realizada en 2004, el 26,2 por ciento de los adolescentes madrileños consume cannabis habitualmente, un porcentaje que supera en 1,3 puntos los índices de consumo de 2002, cuando se situaba en el 24,9 por ciento.
Los resultados del sondeo revelan que los propios adolescentes reconocen que el consumo de 'porros' les produce pérdidas de memoria (lo afirmó el 30,5 por ciento), dificultad para estudiar o trabajar (el 19,7 por ciento), tristeza, ganas de no hacer nada o depresión (17,1 por ciento) y enfermedades o problemas físicos (6,6 por ciento).