Afirma que la paz es requisito para el desarrollo pero que ésta tiene que lograrse sin renunciar a los valores y principios democráticos
MADRID, 19 Ene. (EUROPA PRESS) -
La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, ha sido designada como 'Embajadora de la Paz de Guatemala' al recibir un diploma acreditativo de este título por parte del primer edil de la ciudad de Guatemala, Álvaro Arzú.
Esta distinción reconoce la trayectoria de personas individuales o jurídicas que contribuyan a fomentar la paz en Guatemala o en el mundo, según informa el Ayuntamiento de Madrid, y que se plasma en el acto simbólico del cambio de la Rosa de la Paz.
Se trata de una ceremonia simbólica por la que cada mes se cambia una rosa natural que se encuentra depositada en el monumento a la Paz, en el patio del Palacio Nacional de la Cultura, en memoria de la firma de estos acuerdos suscritos en ese mismo palacio el 29 de diciembre de 1996, con el que se ponía fin a un enfrentamiento armado de más de treinta años.
Botella ha declarado durante el acto sentirse "privilegiada" por recibir este reconocimiento y ha apuntado que "España y Guatemala están unidos por la historia, la tradición, el idioma y la cultura, así como por lazos económicos y comerciales que permiten caminar juntos en la construcción del espacio iberoamericano, un lugar de intercambio, de cooperación y entendimiento y, por supuesto, un lugar de paz y convivencia".
Botella, en calidad de copresidente de la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas (UCCI), ha señalado que objetivo "será reforzar el compromiso actual en mantener vivo el espíritu de los Acuerdos de Paz, de los que se cumplieron dieciocho años el pasado 29 de diciembre, puesto que no solo abrieron un período de notable progreso y estabilidad para Guatemala, sino que han repercutido muy favorablemente en el conjunto de Centroamérica".
La alcaldesa de Madrid ha finalizado su intervención indicando que todos saben "que la paz es el primer requisito para el desarrollo de las naciones" y que no es posible "construir el futuro en una sociedad a través de la violencia".
"Pero esta paz no puede conseguirse a cualquier precio, sino que tiene que lograrse sin renunciar a nuestros principios y valores, a nuestra fe en la libertad y la dignidad esencial de la persona y a nuestras convicciones democráticas", ha añadido a modo de conclusión.
