MADRID 12 Nov. (EUROPA PRESS) -
La plantilla en activo del Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid está recibiendo un curso de reciclaje y perfeccionamiento de nuevas técnicas para intervenir en incendios declarados en interiores de edificios, una de las cuales permite desalojar el humo de espacios cerrados en un tiempo mínimo, con lo que se ganan minutos que pueden ser cruciales en el rescate de personas atrapadas por el fuego.
Se trata de un procedimiento conocido como 'presión positiva' que ya se emplea en los países más avanzados tecnológicamente en el campo de la extinción de incendios, informó hoy el Gobierno regional.
Esta actividad formativa se imparte en Vigo, en las instalaciones del polígono de fuego de la empresa Seganosa, y comprende prácticas con fuegos reales provocados en interiores que reproducen las diversas situaciones a las que los profesionales se pueden enfrentar.
La práctica tiene una duración de 20 horas para cada bombero distribuidas en tres jornadas, para lo que ha sido necesario establecer turnos. Todos los grupos trabajan con sistemas de visión por infrarrojos, lo que les permite visualizar, durante su intervención en la extinción, la presencia de cualquier posible víctima u objetos ocultos por el humo en el interior de los edificios.
Además, todos los componentes de la dotación participante en el siniestro simulado van dotados con equipos de comunicación inalámbricos, para garantizar su propia seguridad y la de todos los miembros del equipo durante la intervención en el siniestro.
PRESUPUESTO DE 400.000 EUROS
El Instituto Madrileño de Administración Pública (IMAP) ha destinado casi 400.000 euros para la realización de este curso, donde los mandos especializados del Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid, pertenecientes al Servicio de Formación, ejercen de monitores con sus propios compañeros además de diseñar el curso y su desarrollo.
En esta línea de trabajo, el Gobierno regional organizó el año pasado 20 cursos de reciclaje y puesta a punto para los efectivos de extinción de incendios, y en lo que va de 2006 ya se han realizado otros 22. En ellos los bomberos aprenden, por ejemplo, a hacer rescates acuáticos de vehículos accidentados, rescates en aguas rápidas, trabajar en edificios colapsados, así como protocolos de actuación en atentados terroristas y lucha contra incendios forestales en campos de maniobras y tiro.