El Colegio de Psicólogos pide agilizar la tramitación de los divorcios para evitar el sufrimiento de padres e hijos

Europa Press Madrid
Actualizado: jueves, 21 junio 2007 19:06

MADRID 21 Jun. (EUROPA PRESS) -

El Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid pidió hoy la agilización de la tramitación judicial de los divorcios, así como la dotación de los medios materiales y humanos necesarios para acortar el periodo de 2 años que suelen durar estos procesos, para paliar las "graves consecuencias" de los procesos de ruptura para toda la familia, y especialmente, para los hijos.

Según apuntó el Colegio en un comunicado, las medidas provisionales que se establecen antes de una ruptura, como pueden ser la patria potestad, la guardia y custodia, la pensión alimenticia, el régimen de visitas y la vivienda conyugal, cuentan también en la actualidad con una demora de unos tres o cuatro meses desde la presentación de la demanda de divorcio.

En opinión de los psicólogos, los divorcios "lentos" dan lugar a efectos muy negativos sobre los hijos, ya que, una vez dictaminada la sentencia, las medidas definitivas que regulan la convivencia familiar y que afectan directamente a los progenitores, pueden ser similares a las provisionales o totalmente diferentes.

"La Justicia en materia de familia debería ser mucho más rápida y las ejecuciones de las sentencias deberían de resolverse de una manera más ágil, pues es en la ejecución de las sentencias donde se van a plantar algunos de los problemas más transcendentes para los menores, como los incumplimientos de los regimenes de visitas", señaló el Colegio.

Asimismo, los psicólogos creen que los largos procesos de separación pueden llevar a la aparición de situaciones "muy poco deseables", como la manipulación de los hijos por parte de uno o ambos cónyuges, el uso de ellos como "espías" o "mensajeros", e incluso el surgimiento de situaciones en las que sean los propios hijos los que manipulen o utilicen las difíciles circunstancias de sus progenitores en su provecho.

Además, advierten de que los enfrentamientos y acusaciones constantes entre los cónyuges pueden llegar con facilidad a la agresión verbal e incrementar, como consecuencia, el riesgo de violencia entre los cónyuges o incluso con los descendientes.

Según el Colegio, esta situación finalmente puede traducirse en un cuadro de graves síntomas en los progenitores como pueden ser, irritabilidad, insomnio, sentimiento de culpabilidad, terrores nocturnos, disminución del apetito o cambios en el rendimiento escolar, entre otros.

"El mejor modo de evitar la aparición de los problemas mencionados es procurar a los hijos, cuanto antes, una vida afectiva equilibrada y restablecer una rutina familiar pues, como es bien sabido, los niños apoyan su seguridad y autoestima en la rutina diaria", indicó.

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