Los empresarios se dedicaban a alquilar salas del local para dar meretrices y sustancias como ketamina, éxtasis, tusi y 'agua de dios'
MADRID, 3 Feb. (EUROPA PRESS) -
Agentes de la Policía Nacional han desarticulado un karaoke dedicado a la prostitución y al tráfico de drogas, cuyos dueños alquilaban salas del local para proporcionar meretrices y sustancias estupefacientes como ketamina, éxtasis, tusi y la denominada como 'agua de dios', ha informado este lunes la Jefatura Superior de la Policía de Madrid en una nota de prensa.
La actuación policial ha quedado enmarcada dentro del Plan Parla puesto en marcha por la Delegación del Gobierno en Madrid ante el aumento de las estadísticas delictivas en esta ciudad del sur de la región, cuya finalidad es el aumento de la seguridad en esa localidad, y mejorar así la calidad de vida las personas que allí residen.
La investigación comenzó al comprobar los agentes que un local de ocio del citado municipio era utilizado como tapadera para realizar actividades ilegales relacionadas con el tráfico de sustancias estupefacientes.
El funcionamiento de este negocio consistía en el alquiler de salas para fiestas privadas con comida y refrigerios, pero una vez allí a los clientes se les ofrecía una variedad de drogas que podían comprar al personal del establecimiento, teniendo la posibilidad de acceder a una sala repleta de mujeres, para que acudieran a su sala privada y ofrecer sus servicios de compañía.
Finalmente, el pasado 26 de enero se procedió a la inspección del local resultando la incautación de 80 gramos de ketamina, cinco gramos de éxtasis, ocho gramos de tusi, 63 sobres de la sustancia denominada 'agua de dios', además de un total de 23 personas detenidas como presuntos responsables de delitos contra la salud pública entre otros, incluyendo además una orden de detención y extradición europea.
El 'agua de dios' o 'agua sagrada' es una sustancia consumida en España sobre todo por público asiático que tiene como principal compuesto el éxtasis liquido. Además, cada cocinero le añade sus propios precursores, de manera que depende de a quien se le compre puede ser una receta u otra la cual solo conoce quien la fabrica.
Este estupefaciente tiene un potente efecto desinhibidor sexual. Los clientes del local, además de consumir, obligaban a que las chicas también lo tomasen. Cada dosis puede llegar a alcanzar un precio aproximado de 300 euros.