MADRID, 11 Abr. (EUROPA PRESS) -
La representante de la Fiscalía de Madrid ha mantenido la petición de doce años de prisión para el asesino confeso del joven dominicano Luis Carlos Polanco Peralta, conocido como 'Luisito', al considerar acreditado que José Luis T. C. es autor de un delito de asesinato con la eximente incompleta de enfermedad mental.
El juicio por el crimen del del chico, que tuvo lugar el 20 de marzo de 2009 en Tetuán, ha quedado visto para sentencia con la última palabra del procesado. Tras concluir la vista, los miembros del Jurado Popular se han retirado a deliberar las cuestiones sobre las que deberán pronunciarse.
"Reitero mi arrepentimiento. Me siento francamente mal por esto que he hecho. Llevo 38 años sin ningún problema con la Ley, trabajando y enfrentándome a situaciones de riesgo", ha destacado José Luis T. C., quien ha insistido en que sólo trató de repeler lo que entendía como una agresión al creer que la víctima le iba a disparar.
El acusado, que era vigilante de seguridad y escolta privado, ha manifestado con semblante tranquilo al tribunal que, si es verdad que sufre un problema mental, quiere que se le trate, puesto que "no quiere ser un peligro para la sociedad".
En su declaración, el procesado aseguró que disparó al joven porque éste le quería disparar primero y tenía que "repeler la agresión". El psiquiatra que le trató entre 2002 y 2006 aseguró la pasada semana que tiene el delirio de pensar que es un agente secreto en una misión para limpiar de droga el barrio de Tetuán.
TRASTORNO DE PERSONALIDAD
En las conclusiones, la fiscal ha solicitado al Jurado Popular que le considere culpable de un asesinato al estimar acreditado que la víctima no tuvo posibilidad de defenderse en virtud de los informes de autopsia, ya que fue "un ataque sorpresivo a traición". Además, ha indicado al tribunal que debe de tener en cuenta que no hubo arrepentimiento de la conducta del agresor.
En su informe, ha destacado que aprecia un trastorno mixto de personalidad que podría haber influido en su capacidad de entender lo que hacía, si bien ha dejado claro que su capacidad no estaba anulada.
"Esta persona no está loca. No actuó bajo un brote psicótico", ha insistido la fiscal para rebatir la versión de la defensa que sostiene que padece esquizofrenia-paranoide y que el día de los hechos se encontraba bajo un brote paranoico.
Por su parte, la abogada de la acusación particular, Cynthia Favero, ha solicitado que se le imponga 20 años de cárcel al estimar que el agresor tenía capacidad plena para entender lo que estaba pasando, ya que tras el disparo huyó del lugar y trató de ocultar pruebas al recoger el casquillo del disparo.
"Fue una ejecución a traición sin absoluta defensa", ha aseverado la letrada y ha insistido en que el asesino de su cliente no padece esquizofrenía porque, a su juicio, "no estaba desconectado de la realidad". "Salió corriendo porque sabía lo que había hecho y no se entregó a la Policía", ha apostillado.
Por otro lado, el abogado defensor ha recalcado en su alegato que su cliente no deseaba matar a su víctima y ha indicado que se encontraba en una realidad paralela, por lo que debe ser ingresado en un hospital psiquiátrico.
De hecho, el letrado ha comparado la locura de su patrocinado con la de Don Quijote de la Mancha, quien estaba convencido de que los molinos eran gigantes que iban en su contra. Así, cree que se le debe exonerar de cualquier responsabilidad penal al estimar que es inimputable ante la Ley.
Además, ha recalcado que su consumo crónico de drogas se sumó a su enfermedad mental, lo que le llevó en un momento determinando a un brote psicótico. "Mi cliente vivía lo que pensaba. En ese momento, fue presa del pánico y disparó. Se manifestó por un ataque de miedo", ha añadido.