El fiscal pide 18 años y medio de prisión para el acusado de matar a su esposa de siete cuchilladas en Móstoles en 2004

Actualizado: domingo, 5 noviembre 2006 14:15

MADRID, 5 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia Provincial de Madrid juzgará mañana, lunes, a un hombre acusado de matar de siete cuchilladas a su esposa en la calle Alonso Cano de Móstoles, hechos ocurridos en enero de 2004 por los que el fiscal solicita 18 años y seis meses de prisión para el imputado.

Abderrazak E.A. se sentará en el banquillo de los acusados de la Sección 27 de la Audiencia madrileña como presunto autor de un delito de amenazas y otro de asesinato y, en el caso de ser condenado, deberá indemnizar al hijo de la fallecida con la cantidad de 181.251 euros, y a cada uno de los padres de la mujer con la cantidad de 8.000 euros.

El escrito de conclusiones provisionales del representante de la Fiscalía, al que ha tenido acceso Europa Press, considera probado que el 27 de enero del 2004 el inculpado acudió al portal del domicilio de su mujer y, al ver que ella se negaba a hablar con él, le asestó siete cuchilladas que acabaron con su vida.

"Y AHORA LLAMA A LA POLICÍA"

Cuando la mujer ya estaba muerta, le gritó: "y ahora llama a la policía". Justo después, el acusado se entregó en una Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía manifestando que había asesinado a su esposa y entregando una bolsa de plástico en cuyo interior se encontraba un cuchillo manchado de sangre. El día que falleció, V.C.C. contaba con 27 años, tenía un hijo de cuatro y vivía con sus padres.

Por otra parte, el escrito señala que un mes antes de este suceso, el 27 de enero del 2004, el reo se acercó a su esposa que iba acompañada de un amigo, y a éste último le dio patadas, le insultó y le amenazó de muerte. La víctima y su acompañante se refugiaron en un ambulatorio cercano, hasta donde acudieron dos policías locales, momento en el que llegó de nuevo el procesado y dijo a la mujer: "te vas a enterar como me dejes, tú eres mi esposa, eres mía".

Los dos policías acompañaron al tren de Cercanías a la mujer y a su amigo, y volviendo el procesado, les dijo que les iba a matar a ellos y a su hijo. Además, el día del presunto asesinato el imputado acudió al lugar de trabajo de su mujer, el Carrefour de Ciudad de Los Ángeles, porque ésta había interpuesto pocos días antes una demanda de separación, aunque de hecho estaban separados. Tras la discusión, los vigilantes de seguridad le obligaron a que abandonara el lugar.