El exdirector de un hotel, en el banquillo por violar a una empleada

Actualizado: jueves, 17 julio 2014 13:08
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"Me amenaza con dejarme tirada en la calle", declara la víctima

   MADRID, 17 Jul. (EUROPA PRESS) -

   La representante de la Fiscalía de Madrid ha solicitado este jueves una condena de 10 años de cárcel para el exdirector de un hotel de Las Rozas por violar en repetidas ocasiones a una empleada, a quien despidió después de que ésta denunciara las agresiones ante la Guardia Civil.

   Manuel E.A. se ha sentado esta mañana en el banquillo de los acusados por un delito continuado de violación. Los hechos de los que se le acusa se sitúan entre julio de 2009 y marzo de 2011 cuando la víctima, de nacionalidad brasileña, trabajaba en el centro hotelero como empleada de la limpieza.

   La fiscal sostiene que el acusado forzó a la mujer a mantener relaciones sexuales en varias ocasiones en una zona reservada del hotel, alejada de la zona de las habitaciones. Durante las agresiones sexuales, solía golpearla en la cara y la tiraba bruscamente del pelo.

   En su declaración, el exdirector del hotel ha negado estos hechos, muchos de los cuales se cometieron después de que contrajera matrimonio. Su abogado ha insinuado en el juicio que los problemas psicológicos de la agredida podrían estar relacionados con los malos tratos que sufrió a manos de su ex marido y no por los hechos por los que se acusa a su cliente.

   Frente a la versión del procesado, quien estaba oculto tras un biombo, la mujer ha relatado al tribunal cómo el acusado solía aprovechar que ella entraba en el primer turno para someterla a diferentes vejaciones. "Yo le decía que estaba ahí para trabajar y no como puta. Nadie me escuchaba cuando gritaba", ha narrado entre sollozos.

   "Cada vez se repetía con más frecuencia y lo hacía en la zona donde no había cámaras. Me decía que él era mi jefe y que si no hacía lo que él quería me dejaría en la calle", ha contado. Tras dos años con esta situación, la mujer decidió acudir a la Guardia Civil. Poco después, fue despedida.

   Sobre las agresiones, ha narrado que el hombre la golpeaba en la cara y la agarraba fuertemente por los brazos para impedir que pudiera moverse. "Nunca fui a un centro de salud por miedo", ha reconocido la víctima, quien padece un trastorno de estrés postraumático.

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