La Fundación Padre Garralda seguirá gestionando para el Ayuntamiento de Madrid 42 plazas de atención a drogodependientes

MADRID 26 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Fundación Padre Garralda-Horizontes Abiertos seguirá gestionando 42 plazas que el Ayuntamiento de Madrid tiene en la comunidad terapéutica municipal del distrito de Barajas para atender a drogodependientes que carecen de un adecuado soporte social y familiar.

Para ello, la Administración local ha prorrogado hasta el 31 de diciembre de 2008, por importe de 2,3 millones de euros, el contrato con la entidad, que se ocupa de la gestión desde 2004, informó hoy el Consistorio.

Se trata de un dispositivo de carácter residencial que funciona las 24 horas del día para drogodependientes que ya estén en tratamiento en la red de Madrid Salud. Los profesionales intervienen desde diferentes ámbitos de actuación que inciden en las áreas psicológica, de salud, educativa y social que deben ser cubiertas mientras dura la permanencia del drogodependiente en la comunidad terapéutica.

La diversificación de los perfiles de usuarios atendidos en la red de atención de Madrid Salud y las cambiantes necesidades de esta población han requerido la implantación de programas específicos de tratamiento. Así, la atención está dividida por sustancias adictivas.

DISTINTAS SUSTANCIAS ADICTIVAS

Concretamente, hay ocho plazas en el Programa de Opiáceos; otras ocho para Consumidores de Cánnabis y/o Cocaína y otros estimulantes; cuatro para Consumidores de Alcohol; y 22 de carácter polivalente, incluyendo todos los programas anteriores. Desde enero hasta septiembre de este año, el índice de ocupación media de las 42 plazas ha sido del 88,8 por ciento y el índice de retención terapéutica, del 60 por ciento.

Este servicio se lleva realizando de forma ininterrumpida desde 1990, cuando el Ayuntamiento de Madrid decidió poner en marcha, en el marco del Plan Municipal Contra las Drogas, una comunidad terapéutica de titularidad municipal para brindar una atención adecuada a aquellos drogodependientes que no podían realizar un tratamiento rehabilitador ambulatorio en los dispositivos de atención municipales, al carecer de un adecuado soporte social y familiar.