MADRID, 22 Dic. (EUROPA PRESS) -
Un grupo de vecinos autodenominado 'Un barrio feliz' ha llenado desde hace varias semana las calles de Lavapiés y de Tirso de Molina de carteles de Camarón --elegido como su 'superhéroe' para esta causa-- y de pintadas contra las cámaras de vigilancia que hoy ha puesto en funcionamiento el Ayuntamiento.
Así, por ejemplo, este grupo de vecinos se concentró el pasado viernes en la Plaza de Lavapiés. A ritmo de música, proyecciones, tablao flamenco y un casting de 'Camarones', decenas de personas mostraron sus disconformidad por la instalación de la videovigilancia, "pero también por el proceso en el que se ha puesto en marcha: por decreto y por imposición, sin contar con lo que piensan los vecinos del barrio".
"Rechazamos una medida que hace de este barrio un escenario que no deseamos: de miedo y de control, pero también de sospecha, limpiando las calles de toda actividad, da igual sea delictiva o no. ¿cómo saberlo?", se preguntaron los responsables de esta iniciativa.
Entre otras iniciativas de 'Un barrio feliz' ha elaborado un vídeo llamado 'Lavapiés, las cámaras hasta en la sopa' y han recomendado el libro 'La sociedad de control. Privacidad, propiedad intelectual y el futuro de la libertad', de José F. Alcántara. También, ha confeccionado una información con los pasos a seguir para sabotear, pintando de negro con un aerosol, las cámaras instaladas.
Estas protestan se unen a las decenas de pegatinas por muchas calles de la zona bajo el lema 'No a la videovigilancia. Sonríe, te están grabando'. "Las 48 cámaras de videovigilancia van a convertir tu barrio en un gueto, el Gran Hermano particular de tu vida, tu intimidad, tu libertad. Cuando pasees, okupes, beses, te saques un moco, serás filmado para la posteridad", señalaron los vecinos anticámaras.
En este sentido, consideran que la videovigilancia no garantizará la seguridad en el barrio, sino en un "sistema de control policial en una zona conocida por su disidencia y oposición a los mecanismos del poder". Además, estos vecinos críticos no creen que se beneficien los comercios de la zona, sino más bien al contrario.
"Sospechamos que las pequeñas tiendas de toda la vida comenzarán a desaparecer, los contratos de alquiler dejarán de renovarse y las calles comenzarán a mercantilizarse a manos de nuevas empresas prestadoras de servicios y franquicias que irán adquiriendo progresivamente los locales e imprimiendo una imagen más 'cosmopolita' y posmoderna, pero también más deshumanizada. Ya lo hemos visto en otros barrios como Malasaña o el barrio de las Letras", señaló uno de los vecinos en el blog.
LA FEDERACIÓN MAYORITARIA APOYA LAS CÁMARAS
Por el contrario, la Federación de vecinos y comerciantes Madrid Centro criticó que aún existan "ciudadanos que parecen estar felices con los actos antisociables que en el mismo se dan". El presidente de la Federación, Florencio Delgado, que agrupa a la mayoría de la asociaciones del distrito, señala que las cámaras mantendrán la doble utilidad "de disuadir o de eficaz ayuda para la eliminación de actos delictivos y vandálicos que en dicho barrio de nuestra ciudad frecuentemente se dan".
Por eso, Madrid Centro apoya "completamente" esta iniciativa del Ayuntamiento de la capital, ya que fue una de las organizaciones que ha solicitado su implantación, "después de haber constatado la eficacia habida en otras zonas de la ciudad como ha sido en la Plaza Mayor o en la Zona de Montera-Ballesta".
La Federación entiende que si algún colectivo vecinal pretende trabajar por la mejora de un determinado barrio, en referencia a 'Lavapiés 1984', debe hacerlo "en positivo", es decir, "colaborando con todo tipo de actividades culturales o formativas que a buen seguro enriquecerían la plurinacionalidad del barrio, en vez de ser solamente críticos y fustigadores que solo traerán enfrentamientos, con quienes solamente tratan de conseguir la mejor de las relaciones y convivencia social".
