El hombre acusado de estrangular a su esposa en 2005 asegura que está arrepentido porque su mujer murió entre sus manos

Actualizado: martes, 13 junio 2006 15:43

El fiscal pide 12 años de cárcel para el procesado por un delito de homicidio, mientras que la acusación particular solicita 15 años

MADRID, 13 Jun. (EUROPA PRESS) -

Kisolokele L.S., el hombre acusado de estrangular a su esposa en su domicilio de Parla en junio de 2005, reconoció hoy en el juicio con jurado que se sigue en la Audiencia de Madrid haber matado a su cónyuge y aseguró estar "arrepentido" porque su mujer murió entre sus manos.

"Lo que verdaderamente ocurrió es que mi mujer se murió entre mis manos. La maté yo. No tengo derecho a hacer lo que hice. No quiero hablar más de ello por respeto a mi esposa", afirmó el encausado, quien confesó necesitar el perdón de la familia de la víctima, así como el de los hijos que tenía con la fallecida.

El fiscal reclama 12 años de prisión para el procesado ya que considera acreditado que sobre las 20.50 horas del 1 de junio de 2005 Kisolokele, que se encontraba "en pleno uso de sus facultades de conocimiento y voluntad", agarró fuertemente del cuello a su esposa hasta causarle la muerte por asfixia. El Ministerio Público apunta que los hechos se desencadenaron cuando el imputado se enteró de que su mujer le pedía el divorcio para casarse con otro hombre.

El abogado del Estado, en representación de la Delegación de Gobierno, solicita una pena de cárcel de 13 años y seis meses para el encausado, mientras que la acusación particular pide 15 años de prisión. El letrado del inculpado no ha presentado escrito de defensa.

RECONOCE HABER MATADO A SU MUJER

La sección vigesimoséptima de la Audiencia madrileña acogió hoy la primera sesión del juicio a Kisolokele después de que ayer se llevara a cabo la selección del jurado popular que enjuiciará los hechos, formado finalmente por seis mujeres y cinco hombres.

A lo largo del interrogatorio, el procesado declinó responder a las preguntas formuladas por las partes personadas en la causa, reconociéndose autor de los hechos que se le imputan. Kisolokele tan sólo dijo que "desgraciadamente pasó lo que pasó" y afirmó que no iba a declarar nada más por respeto a su mujer, no sin antes advertir que estaba "arrepentido" por lo sucedido y que llamó al 112 para autoinculparse de la muerte de Mamona.

Tras la comparecencia del acusado ante la magistrada presidente del tribunal del jurado, María Tardón, la Sala pudo escuchar los testimonios de varios agentes del Cuerpo Nacional de Policía que acudieron al lugar de los hechos.

Todos explicaron que al llegar a la vivienda de Kisolokele encontraron a la víctima tumbada boca arriba en un sofá y señalaron que en la escena del crimen "no había signos de lucha". Uno de los funcionarios indicó que el matrimonio llegó a Parla hacía 12 años, aunque convivió durante nueve años como pareja, protagonizando un episodio de violencia doméstica en el año 2002.

"FUE ÉL QUIEN PIDIÓ EL DIVORCIO"

En la sesión de hoy también compareció en calidad de testigo una de las hijas de la víctima, G.D.M., quien aseveró que los cuatro hijos que su madre tuvo con el procesado se encuentran en Londres, acogidos por los servicios sociales, a la espera de que a la familia le den potestad para traerlos a España.

Además destacó que fue Kisolokele quien le pidió el divorcio a Mamona "porque él tenía otra mujer en África" y mantuvo que su madre no tenía intención de casarse con otro hombre en Londres, ciudad en la que vivía desde 2002.

La jornada de hoy la cerró una médico del Summa 112 que atendió a la víctima, testigo que refirió que Mamona murió estrangulada, ya que presentaba hematomas alrededor del cuello, aunque no pudo especificar si la ahogaron con las manos o con algún objeto.

El juicio con jurado popular a Kisolokele continuará mañana en la sección vigesimoséptima de la Audiencia madrileña con la práctica de las pruebas periciales y con la exposición de los informes finales. Está previsto que el jueves se entregue el objeto del veredicto a los jueces legos para que puedan deliberar si el acusado es culpable o no culpable de la muerte de su esposa.