Investigadores de Politécnica de Madrid lideran el estudio de cohetes eléctricos, el futuro de las misiones espaciales

Actualizado: lunes, 19 julio 2010 14:08

MADRID, 19 Jul. (EUROPA PRESS) -

Un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), encabezados por el catedrático de Ingeniería Aeroespacial de la ETSI Aeronáuticos, Eduardo Ahedo, lidera el estudio de los cohetes eléctricos en España, el futuro de las misiones espaciales y sistemas de propulsión necesarios para viajar por el espacio.

Concretamente, su investigación participa del proyecto Helicon Plasma Hydranize Combined Micro (HPH.COM), financiado por el séptimo Programa Marco de la Unión Europea, mediante la realización de los estudios teóricos relacionados con la generación, calentamiento y aceleración del plasma del cohete.

Esta iniciativa pretende el diseño, la construcción y la prueba en laboratorio de un cohete helicón de 50-100 vatios. Según explica la UPM, la propulsión eléctrica utiliza las fuerzas electromagnéticas para ionizar el propulsante (convirtiéndolo en lo que se conoce como plasma) y acelerarlo a velocidades del orden de diez veces más de lo que conseguiría un cohete químico convencional.

La ventaja más importante de la propulsión eléctrica es la reducción drástica del consumo de combustible y por tanto, el abaratamiento de los costes de las misiones. Se convierte así en una alternativa eficiente y económica. "Las misiones espaciales más ambiciosas dentro y fuera del entorno de la Tierra, requerirán cohetes eléctricos para su viabilidad", ha afirmado el profesor Ahedo.

COHETES ALTERNATIVOS

En la actualidad, la búsqueda de cohetes alternativos a los de propulsión química ya ha dado lugar a varios tipos de cohetes eléctricos, algunos operativos y otros en fase concepción o desarrollo. Algunos son mini-cohetes y operan con menos potencia que una bombilla convencional y otros requerirán de un reactor nuclear que les suministre la potencia.

El cohete helicón es una tecnología novedosa en fase de desarrollo. Consiste en una fuente helicón que calienta e ioniza eficientemente el propulsante gaseoso mediante la interacción resonante con una onda electromagnética (llamada helicon, de ahí su nombre). A la fuente de plasma se acopla una tobera magnética que convierte la energía interna del plasma en cinética y produce un impulso específico competitivo. La ausencia de electrodos en contacto con el plasma es una ventaja importante de esta tecnología.