Archivo - El director y dramaturgo José Luis Alonso de Santos - LUIS CAMACHO - Archivo
MADRID, 7 Dic. (EUROPA PRESS) -
El dramaturgo y director José Luis Alonso de Santos (Valladolid, 1942) afronta una nueva temporada en Teatros del Canal con una obra que considera un pilar del canon español: 'Numancia'. La tragedia cervantina, escrita dos décadas antes del Quijote, llega con un montaje "monumental, histórico y profundamente humano" en palabras de su director, que se declara "vitalizado" por los clásicos a sus 83 años.
Alonso de Santos, que sigue leyendo a Lope, Calderón y Cervantes "una y otra vez", asegura que su impulso creativo permanece intacto, como un "pintor que se levanta y baja a su estudio". "Es mi pasión y es lo que me gratifica", ha confesado en una entrevista concedida a Europa Press.
'Numancia', explica, es "la primera gran tragedia española y la única tragedia colectiva" y hace de puente entre tres épocas, la Numancia histórica, la época de Cervantes y la nuestra.
El montaje, que permanecerá en el cartel de Teatros del Canal del 9 de diciembre al 1 de febrero, está protagonizado por un elenco de veinte intérpretes, encabezado por Arturo Querejeta y Pepa Pedroche. En 2026, la Comunidad de Madrid llevará la obra a Argentina en 2026 como parte del intercambio cultural con el Teatro San Martín de Buenos Aires. "El ajetreo es complicado con mis 83 años, pero los clásicos son mi medicina. Me vitalizan", confiesa.
Para Alonso de Santos, los temas que recorren el texto --la libertad, la resistencia popular, la lucha contra las tiranías-- mantienen intacta su vigencia. "Las obras clásicas lo son porque tocan algo eterno. La justicia, la dignidad, la libertad, eso sucedía 130 años antes de Cristo, sucedía en tiempos de Cervantes y sucede hoy", ha explicado.
El director subraya el carácter "extraordinariamente coral" de Numancia: "Tiene muchos intérpretes y todos los papeles son importantes. Hace falta un reparto de veinte grandes actores". En un panorama en el que proliferan monólogos y piezas mínimas, Alonso de Santos se enorgullece de presentar "una obra grande en todos los sentidos", con un escenario lleno de personajes y un relato "colectivo y épico".
El reto, afirma, era encontrar el equilibrio entre "el aire de monumento" que exige la obra y la verdad interpretativa que demanda el teatro actual. "El teatro hoy debe tener vida, verdad, cercanía con cómo se interpreta en el cine. Y a la vez debe conservar la grandeza poética y el estilo que necesita Cervantes", ha explicado.
La obra es, asegura, "histórica, poética, grandiosa y al mismo tiempo emocional y llena de aventuras". Pero sobre todo busca entretener: "Cervantes escribía para divertir. El teatro, por encima de todo, tiene que ser algo que ilusione ver, incluso cuando habla de tragedias".
La puesta en escena forma parte de la labor que Alonso de Santos realiza como director en Teatros del Canal dentro de la línea de teatro clásico impulsada por la Comunidad de Madrid. "Acepté encargarme de los grandes clásicos españoles. No estoy haciendo mis obras, estoy defendiendo el grito, la voz, la pasión y la cultura del gran teatro clásico", ha dicho.
Esa defensa del patrimonio literario la considera una misión personal: "Para mí, de todos los escritores que he conocido, Cervantes es el número uno. Defender a Cervantes y la lengua española por el mundo me apasiona. Es un canto a España y a nuestra cultura".
UN PUENTE ENTRE TRES ÉPOCAS
Para elaborar su versión, el director se ha apoyado principalmente en Cervantes, pero también en la documentación histórica sobre el asedio de Numancia. Su tarea ha consistido en "tender un puente entre tres tiempos: la dominación romana, la época renacentista de Cervantes y la actualidad".
"Conozco bien a Cervantes. Sé en qué etapa vital y artística escribió Numancia, veinte años antes del Quijote. Y he procurado conservar su espíritu mientras dialogo con nuestro presente", ha asegurado.
Alonso de Santos percibe que la variedad de públicos ha aumentado, aunque el que se acerca al teatro clásico mantiene un perfil estable: "Es un público interesado en la cultura no para aprender por obligación, sino para ayudarse a vivir y disfrutar".
Destaca, además, que el teatro conserva una singularidad frente al cine y el consumo audiovisual, puesto que el espectador elige "gastar su tiempo y su dinero" en un espectáculo que considera "que tiene importancia y peso".
Respecto a los planes de la Comunidad de Madrid para declarar Bien de Interés Cultural (BIC) el Teatro del Siglo de Oro --para lo que ya ha iniciado recientemente los trámites-- el director ha aplaudido la iniciativa: "He dedicado mi vida a defender y enriquecer el teatro clásico. En una sociedad tan destructiva como esta, que haya alguien que construye dentro del arte merece todo mi cariño y mi aplauso".