MADRID 22 Mar. (EUROPA PRESS) -
El candidato socialista a la Alcaldía de Madrid, Jaime Lissavetzky, se ha comprometido este martes, si gana las elecciones del 22 de mayo a realizar una evaluación de impacto ambiental en M-30 y a adoptar las necesarias medidas correctoras.
"Me comprometo, si soy alcalde, a realizar la evaluación de impacto ambiental como exige la Unión Europea, no un estudio, donde los vecinos den sus opiniones. Y me comprometo a adoptar medidas correctoras para el beneficio de los vecinos", ha señalado el socialista en declaraciones a Europa Press.
Todo ello después de que en algo menos de una semana varias sentencias del TSJM, algunas a iniciativa del PSOE, hayan tumbado algunos de los tramos de la obra de soterramiento de la M-30 por la falta de evaluación de impacto ambiental.
Estos fallos judiciales, en palabras de Lissavetzky, vienen a darle un "varapalo monumental a la política de Gallardón, a su gestión, y vuelve a sacarle los colores al alcalde por su obra de la M-30". El candidato cree que con ellas se respaldan las dudas manifestadas por los socialistas sobre "la legalidad y sensatez del proyecto".
La conclusión que extrae Lissavetzky pasa por el "absoluto desprecio que Alberto Ruiz-Gallardón tiene por las normativas urbanísticas y especialmente ambientales porque no le importa saltárselas a la torera y convertir las obras en una ciudad sin ley".
Junto a las actuaciones "engañosas y tramposas", Lissavetzky suma que la obra ha salido mucho más cara a los bolsillos de los madrileños por "las prisas electorales" del 'popular' ya que quería terminar los trabajos antes de las elecciones de 2007. Es por eso que "no realizó la evaluación ambiental, como dice la ley, y no contó con las otras dos administraciones (central y autonómica)", ha afirmado. Eso tuvo como consecuencia que la obra "fuera más cara para los madrileños".
También ha pedido al primer edil que no engañe a la ciudadanía cuando dice que se acometieron ya los pertinentes estudios ambientales ya que eso "no permite la participación ciudadana". Y es que a la población sólo le queda, en palabras de Lissavetzky, "soportar los ruidos, los gases, la contaminación y reclamar a la Comunidad de Madrid, si hace falta, las medidas correctoras", ya sea la instalación de pantallas acústicas o la plantación de árboles, por ejemplo.
El socialista considera que con la actuación del Gobierno municipal se priva a los ciudadanos de dos derechos fundamentales, el de participación y el de información. "Es que no puede haber más despropósitos juntos en una única obra. El fin no justifica los medios y los atajos no valen en la gestión", ha concluido.