Es partidario de que los templos sean "casas de puertas abiertas" y estén disponibles a los feligreses más tiempo durante el día
MADRID, 1 Ene. (EUROPA PRESS) -
El arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, ha instado a los que tienen "más medios" a hacer posible que "todo ser humano tenga un sitio para vivir", un problema que tiene que ver con la "dignidad" del hombre y que "preocupa a todos".
En una entrevista concedida a Europa Press, Osoro ha respondido así a la pregunta de si está preocupado por el hecho de que puedan aumentar las personas sin hogar en las calles de Madrid a raíz de la crisis y de los desahucios.
Para el arzobispo, "a todos les preocupa el hacer posible que el ser humano viva como tal". "Otra cosa distinta es que los medios que yo puedo poner para hacer posible eso son unos... Invito a los que en muchas ocasiones tienen más medios a hacer esto posible, sobre todo a que la dignidad del ser humano sea respetable y pueda ser vivida", ha dicho.
Así, ha indicado que en algunos casos también hay que ayudar "a muchos" que no han tenido las posibilidades que tienen los demás "de haber descubierto dónde está su dignidad". "En eso tenemos que ser escuelas vivas de aprendizaje y de enseñanza, de la verdad real del ser humano", ha subrayado.
Osoro también ha hablado sobre sus dos primeros meses en Madrid y ha explicado que a los sitios a los que ha acudido, tanto a "barriadas normales" como a lugares con "gente que está en la marginación", ha ido como "arzobispo" y no como "inspector para ver qué es lo que hay que cambiar".
Entre estos lugares, destaca, por ejemplo, el poblado chabolista El Gallinero, donde hay un elevado número de niños. Osoro ha ido, según ha dicho, "en nombre de Nuestro Señor y queriendo llevar la presencia de Nuestro Señor, que quiere ocuparse de todos los hombres, en todos los lugares y barrios donde estén, en los que están bien y en los que están mal".
Y es que considera que "la alegría" del Evangelio hay que llevarla "a todos los caminos donde está presente la existencia del ser humano". Esa es su tarea, ha asegurado, al tiempo que ha señalado que acude a cualquier sitio para hacer descubrir a todos los "hombres y mujeres, no solamente cristianos, sino de buena voluntad" que "defender la dignidad del ser humano en todas las dimensiones que tiene esta defensa es algo propio de los discípulos de Cristo".
Por eso, preguntado por si cree que las administraciones deberían trabajar para solucionar problemas como El Gallinero con más premura, su respuesta ha sido clara: "He ido como arzobispo, no a ver qué inspección tenía que hacer para después reñir a no sé quien... Yo me riño a mi mismo porque sé que tengo y podemos hacer mucho más".
ABRIR LAS IGLESIAS MÁS HORAS
Osoro también se ha referido a la apertura de las iglesias y ha indicado que él es siempre partidario de que los templos sean "casas de puertas abiertas", como lo es, a su parecer, la Iglesia. En definitiva, los centros tienen que expresar "qué es la Iglesia de verdad".
En su opinión, "si son casas de puertas abiertas, tiene que demostrarse", y si van a estar cerradas "todo el día, no es lo que es la Iglesia". "La Iglesia es madre y como buena madre que es acoge a sus hijos", ha apostillado.
"A veces éstos hijos", ha proseguido Osoro, son distintos y están en situaciones diversas pero la Iglesia "sabe acogerlos y decir la palabra oportuna". "No esconde la verdad. Una buena madre nunca esconde la verdad y no tiene horarios, siempre esta disponible", ha aseverado.
Osoro también se ha referido a su recibimiento en Madrid. Ha asegurado que se ha sentido "muy acogido" y cree que el clero madrileño "trabaja muchísimo". Todavía no tiene claro las acciones pastorales que va a seguir pero sí que no las elegirá en solitario sino "todos juntos".
"Tenemos que ver cuáles son las prioridades, las urgencias, las tareas, entre todos. Yo no soy una especie de profeta que ha bajado de no sé dónde. Voy a ir con todos porque hay que verlo entre todos", ha insistido Osoro, quien ha destacado que "Madrid es muy grande, con realidades distintas y que aunque el "rostro" del Señor es único, el modo de hacerlo presente varía en función del lugar.
