MADRID, 31 Dic. (EUROPA PRESS) -
Los Pactos o Acuerdos de la Villa, rubricados por todos los grupos políticos en el Ayuntamiento de Madrid (PP, Cs, Más Madrid, PSOE y Vox) demostraron en 2020, el año de la explosión de la pandemia, que llegar a acuerdos, incluso entre posturas políticas completamente enfrentadas, es posible aunque no sea duradero, como se encargó de demostrar la firma de los presupuestos el pasado miércoles 23 de diciembre.
Este 2020 que se acaba ha introducido en el vocabulario palabras que hasta entonces no tenían excesivo valor o repercusión en el día a día, como 'confinamiento' o 'desescalada'. También ha conseguido este 'año de la pandemia' que en política se conjuge, y se aplique, el verbo 'consensuar'. El mejor ejemplo se produjo el 7 de julio, fecha en la que Madrid no conmemoraba San Fermín sino la firma de los históricos Acuerdos de la Villa.
Más Madrid fue el grupo que puso el germen de lo que serían los Pactos de la Villa. Al arrancar la primavera, el grupo mayoritario de la Corporación planteaba sus Pactos de Cibeles. Y el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, recogió el guante. Lo hizo en el Pleno que se celebró el 17 de abril, semipresencial por los estragos de la Covid-19.
La concejala de Más Madrid Rita Maestre prometía "apoyo total" de su grupo a las medidas que adoptara el Gobierno municipal, más allá de sus diferencias políticas, porque lo principal es "lo mejor para la ciudad" y teniendo claro en todo momento que el Ejecutivo de coalición quería acabar con la crisis cuanto antes. Almeida le contestaba que, a pesar de que les separan "antípodas casi ideológicas", les acerca "la humanidad" y el "ser conscientes de un objetivo común".
Y LLEGÓ UN PACTO EN FORMA DE 352 MEDIDAS
Tras consensuar 352 medidas por unanimidad de todos los grupos políticos para el Madrid azotado por la pandemia y la ciudad postcovid, la capital cuenta con un batallón de iniciativas, como la Tarjeta Familias, que facilita la compra de productos de alimentación e higiene a miles de familias golpeadas por la crisis, con 600 ya entregadas a finales de diciembre y 3.000 aprobadas, según la vicealcaldesa, Begoña Villacís, demasiado pocas para la izquierda.
Tras la firma, Almeida ponía el foco en el ejemplo dado para demostrar "que se puede creer en la política útil que trasciende planteamientos partidistas", mientras que Villacís lo hacía con el hecho de que, en los momentos más duros, la capital ha tenido "el Gobierno municipal y la oposición a la altura de lo que se merece la ciudadanía".
La entonces portavoz orgánica de Más Madrid, Marta Higueras, resaltaba que "desde el Ayuntamiento se ha contribuido a cambiar el clima de este país" demostrando que "se puede hablar y negociar para encontrar las mejores soluciones" y que el socialista Pepu Hernández asemejaba los Acuerdos de la Villa con los Pactos de la Moncloa.
El portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Madrid, Javier Ortega Smith, aplaudía la "nueva política" representada por los Acuerdos de la Villa, que no renuncian a las diferencias entre formaciones pero que prevalece sobre ellos el interés general en "las cosas del comer, en las fundamentales".
Ortega Smith ponía en valor el "antes y el después" de la Covid, y más habiéndolo sufrido en primera persona: fue de los primeros políticos que contrajo la enfermedad, en los primeros días de marzo, por la que tuvo que ser ingresado de nuevo en el hospital meses después por los trombos ocasionados por el coronavirus.
PP-CS: VALDEMINGÓMEZ, COCHES C Y PARKING DE MENÉNDEZ PELAYO
Pero los disensos se han producido no sólo entre gobierno y oposición sino también dentro del Ejecutivo de coalición, aunque tanto PP como Cs han normalizado la existencia de estas diferencias. Tres son los asuntos que han distanciado a PP y Cs, la llegada de más toneladas de residuos a Valdemingómez procedentes de la Mancomunidad del Este (con una prórroga recién firmada), la entrada de vehículos C a Madrid Central (se ha caído de la ordenanza) y el anunciado parking de la avenida Menéndez Pelayo, en Retiro.
En febrero, Cs daba la campanada en el distrito de Retiro votando con la izquierda a favor de que se retirara el proyecto de parking, con mil plazas, porque "no es una necesidad" y va "contra la calidad del aire". El mismo sentido del voto se producía unas semanas después en el Pleno de Cibeles.
El parking sigue coleando. Este mes de diciembre, Villacís aseguraba que finalmente el Ayuntamiento descartaba el proyecto, aunque unos días más tarde la portavoz del Gobierno municipal, Inmaculada Sanz (PP), matizaba que la decisión no está tomada.
MÁS MADRID SE CONSTITUYE COMO PLATAFORMA
Los disensos también se han hecho visibles en la oposición, más concretamente en Más Madrid. A finales de mayo, la entonces portavoz orgánica, Marta Higueras, se descolgaba anunciando que no participaría
en el proceso de constitución de Más Madrid "como partido político" ni en su desarrollo posterior, al entender que hay "otras formas de hacer política".
El mismo planteamiento y decisión fue seguido por otros concejales del grupo, como José Manuel Calvo y Luis Cueto, e incluso llevó a que una edil, Estrella Sánchez, decidiera dejar el acta por "la falta de ilusión" en el nuevo proyecto del grupo municipal, constituido en plataforma.
Rita Maestre, hasta entonces portavoz mediática del grupo, conseguía en julio recabar el mayor número de apoyos en la coordinadora de la ejecutiva municipal de la plataforma en la que se reconvirtió Más Madrid. Es, en palabra de la edil --elegida portavoz del grupo municipal en verano, sin la bicefalia en la portavocía que había compartido durante un año con Higueras-- una plataforma inédita "al menos en la política madrileña", sin secretaría general ni otras estructuras verticales de partidos políticos al uso.
También en verano llegaron cambios a la política municipal, en este caso protagonizados por el alcalde, que vio como su aura de hombre de Estado después de pilotar los Pactos de la Villa se veía recompensada con un nombramiento en su partido, el de portavoz nacional.
EL PRIMER PRESUPUESTO DEL GOBIERNO DE COALICIÓN CON VOX
Si este 2020 ha sido un año prácticamente sin fiestas de distrito, verbenas, con un San Isidro 'descafeinado', sí ha sido un ejercicio con presupuestos aprobados de cara a 2021. Los votos de PP, Cs y Vox daban el 'sí' el 23 de diciembre a los primeros presupuestos del gobierno de coalición aprobados con el respaldo de los de Ortega Smith.
Martínez-Almeida describía las cuentas como "la búsqueda del futuro común". "Somos un único gobierno con dos partidos distintos, y es un acuerdo de gobierno con Vox", justificaba Almeida ante la ausencia de Villacís en la foto con Vox, porque "a pesar de ser de partidos distintos", actúan "como una única cara".
La izquierda votó en contra de estos presupuestos. Para Más Madrid son "una grandísima oportunidad perdida", las cuentas del "coche y el ladrillo en extensión", que "miran más a la ultraderecha que al futuro".
El PSOE coincidía en que es un presupuesto que es "no es valiente, plegado a la extrema derecha" y con el que "han elegido volver al pasado y a la ciudad de las desigualdades".